Este martes, la Contraloría ordenó el inicio de sumarios tras detectar falencias e irregularidades sobre posibles donantes y la falta de coordinación entre hospitales de La Araucanía en al menos 79 casos.
''Los informes N° 1.031, al Servicio de Salud Araucanía Sur (SSAS); y N° 1.032, al Servicio de Salud Araucanía Norte (SSAN), ambos de 2019, establecieron falencias en 38 y 41 situaciones, respectivamente, entre enero y octubre de 2019'', indicó el informe publicado por Contraloría.
''Al desagregar las cifras, se señala que en el SSAS, 14 personas se encontraban internadas en hospitales generadores de posibles donantes''.
Según indicó Contraloría, en 11 casos se aplicó la evaluación y sistema de Glasgow 3 (escala de aplicación neurológica que mide el nivel de conciencia de una persona), lo que implicaba que debían someterse a la certificación de muerte encefálica. Sin embargo, el informe señala que no se acreditó que los médicos tratantes o los centros de salud sometieran estos casos a los protocolos correspondientes para descartar o advertir un potencial donante.
Además, se comprobó que los otros tres pacientes, fallecidos por criterio neurológico, no contaron con la evaluación del Glasgow, lo que impidió determinar eventuales donaciones.
A lo anterior se suman otros 24 pacientes fallecidos por criterio neurológico en recintos hospitalarios que no cuentan con la condición de ser generadores de posibles donantes. En estos casos, la Contraloría determinó que hubo una falta de coordinación entre estos centros y los que sí cuentan con dicha condición.
En los otros 41 casos ya mencionados, dos pacientes fallecidos por criterio neurológico, evaluados con Glasgow 3, no fueron sometidos al protocolo de certificación de muerte encefálica para descartar o advertir un eventual donante. Mientras que los otros 39, se trató de pacientes que fallecieron en seis establecimientos dependientes, donde se acreditó la falta de coordinación con hospitales generadores.
Todas estas situaciones, señala la auditoría, podrían haber ayudado a disminuir la brecha entre los 176 donantes que hubo en Chile en 2019 —hasta el 4 de diciembre— con los 1.973 pacientes que durante ese mismo año esperaban donación de órganos a nivel nacional.
Los informes se realizaron a raíz del caso de denuncia que presentaron los familiares de Joaquín Bustos el 2019, el joven de Temuco que quiso ser donante pero no pudo por irregularidades del sistema y la falla de comunicación entre las instituciones de salud.