AFP

Martín Vizcarra asume durante esta jornada como nuevo presidente de Perú con el desafío de acabar con la crisis política que condujo a la abrupta salida de su antecesor Pedro Pablo Kuczynski.

Antes de tomar juramento a Vizcarra, primer vicepresidente y embajador en Canadá, el Congreso votará si acepta la renuncia de Kuczynzki o si lo destituye, acusado de haber mentido sobre sus lazos con la empresa brasileña Odebrecht.

Existe un precedente: en el año 2000 el Congreso destituyó a Alberto Fujimori después de que éste envió su carta de dimisión a la presidencia por fax desde Japón, adonde se había marchado en medio de un escándalo de corrupción.

"Los señores portavoces (de las bancadas) están revisando la propuesta de resolución final que se pondrá a votación", dijo el jefe del Congreso, el opositor Luis Galarreta.

El Congreso debatió el jueves la renuncia de Kuczynski en una sesión que se prologó por seis horas en la que varios legisladores lo tildaron de "corrupto" y lo fustigaron por no hacer una "autocrítica" al dimitir el miércoles.

Sin embargo, el centrista Yonhy Lescano dijo que "Kuczynski tiene razón en el sentido de que acusa a la mayoría del Congreso de obstrucción", aludiendo a que el fujimorismo lo mantuvo contra las cuerdas desde que asumió el poder en julio de 2016.

Desafíos urgentes

Vizcarra acudirá este viernes al Palacio de Torre Tagle, sede de la Cancillería, para dirigirse desde allí al Congreso a asumir el mando, según lo dispone el protocolo peruano.

El nuevo gobernante, que acaba de cumplir 55 años, debe jurar poco después del mediodía tras regresar desde Canadá en la madrugada, para completar el actual periodo que culmina en julio de 2021.

Tras colocarse la banda presidencial roja y blanca, hablará ante el Congreso. 

Hombre austero y pragmático, Vizcarra tendrá que hacer malabarismos para lidiar con un Congreso dominado por el partido de Keiko Fujimori, victoriosa en la crisis que llevó a Kuczynski a renunciar.

"Con el vicepresidente el Congreso está obligado a un nuevo pacto social de entendimiento", advirtió el legislador Mauricio Mulder, del socialdemócrata partido APRA, en el debate del jueves.

Vizcarra no está salpicado por escándalos de corrupción ni tiene afiliación política. Estas condiciones podrían permitirle tender puentes, algo que no debería ser imposible para un ingeniero civil ligado al sector de la construcción.

Su desafío inmediato es conformar un gabinete "de ancha base, de unidad nacional", dijo a la AFP el analista Mirko Lauer.

También espera a Vizcarra un urgente compromiso diplomático: Lima será sede el 13 y 14 de abril de la Cumbre de las Américas, con asistencia de una treintena de mandatarios, entre ellos el estadounidense Donald Trump.

Videos lo derribaron

Kuczynski es el primer presidente que pierde su puesto por el torbellino Odebrecht, que salpica a otros exmandatarios peruanos como Ollanta Humala (2011-2016), en prisión preventiva junto a su esposa Nadine Heredia, y Alejandro Toledo (2001-2006), sobre el que pesa una pedido de extradición desde Estados Unidos.

Kuczynski estaba en el ojo del huracán desde diciembre, cuando Odebrecht reveló que pagó casi cinco millones de dólares en asesorías a empresas ligadas a él mientras era ministro. Hasta entonces había negado todo lazo con esa constructora.

En diciembre, había sobrevivido a un intento de destitución gracias al sorpresivo apoyo de una decena de legisladores opositores encabezados por Kenji Fujimori, el hijo de Alberto Fujimori, a cambio del indulto que sacó al exmandatario de la cárcel, donde cumplía una condena de 25 años por crímenes contra la humanidad.

Una segunda moción de destitución fue presentada el 8 de marzo. Iba ser votada este jueves, pero Kuczynski renunció un día antes.

Su salida se precipitó después de que líderes de Fuerza Popular, el partido que lidera Keiko Fujimori, difundieron el martes un video en el que aparece su hermano Kenji tratando de convencer a un colega para que rechazara la destitución del mandatario a cambio de favores políticos.

Paradójicamente un video también fue el que condujo a la caída de Alberto Fujimori en el año 2000, al dejar en evidencia las maniobras de su jefe de inteligencia Vladimiro Montesinos para comprar votos de legisladores.

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