Una gigantesca tormenta de arena arrastrada por el viento del desierto cubrió por completo el aeropuerto Queen Alia, en Amán, Jordania.
El fenómeno obligó a cerrar el aeropuerto pues la visibilidad quedó reducida a cero, lo que impidió toda operación aérea.
Varios vuelos debieron ser desviados a Israel y otros países vecinos.
Los turistas que estaban en el lugar registraron con sus teléfonos celulares cómo la gigantesca nube de polvo prácticamente se “tragó” a los aviones que estaban en la pista.
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