Los talibanes capturaron este domingo la ciudad oriental de Jalalabad, un día después de tomar la norteña Mazar-i-Sharif, dejando a la aislada capital Kabul como la única ciudad importante bajo control del gobierno afgano.

Con la caída de Jalalabad y Mazar-i-Sharif, que fuera un bastión antitalibán, los insurgentes controlan casi todo el país, tras 10 días de conquistas aceleradas contra las fuerzas gubernamentales y caudillos locales.

"Nos despertamos esta mañana con las banderas blancas de los talibanes ondeando por toda la ciudad. Entraron sin combatir", comentó Ahmad Wali, un poblador de Jalalabad quien confirmó así la versión divulgada por los insurgentes en sus redes sociales.

Horas antes de la captura de Mazar-i-Sharif, el atribulado presidente afgano, Ashraf Ghani, buscó proyectar autoridad con un mensaje al país en el que habló de "removilizar" a los militares mientras busca una "solución política" a la crisis.

Pero las últimas derrotas fueron un duro golpe para Ghani y su gobierno, y dejó a los talibanes con combatientes a menos de una hora de Kabul y en control de todas las cartas de una negociación sobre la rendición de la capital.

El presidente estadounidense Joe Biden ordenó el envío de otros mil soldados para ayudar a asegurar la evacuación de emergencia de los empleados de la embajada y de miles de afganos que trabajan con las fuerzas norteamericanas y temen represalias.

Se suman a los 3.000 soldados estadounidenses enviados en los últimos días y los 1.000 que permanecían desde que Biden anunció en mayo el retiro final de la presencia militar de 20 años en Afganistán, que deberá completarse el 11 de setiembre.

Su decisión ha sido cuestionada a raíz del colapso del ejército afgano, pero Biden aseguró este sábado que no tenía otra opción.

"Fui el cuarto presidente en presidir la presencia de tropas estadounidenses en Afganistán: dos republicanos, dos demócratas. No querría pasar esta guerra a un quinto y no lo haré", expresó Biden.

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