Los enfrentamientos entre el Ejército de Sudán y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) no cesaron durante la noche en Jartum y otras ciudades del país, y de hecho se intensificaron poco antes de la salida del sol este viernes (21.04.2023), con bombardeos, disparos y ataques aéreos registrados en distintos puntos de la capital.
"Durante la noche, numerosos barrios de Jartum fueron bombardeados y son todavía objeto de bombardeos entre el ejército y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR)", dijo el sindicato de médicos. La aviación regular no vacila en atacar bases de las FAR diseminadas en zonas pobladas de Jartum, aunque estén cerca de hospitales, agregó la misma fuente, que cifra en un 70 por ciento el total de centros médicos que quedaron fuera de servicio.
Pese a peticiones de Naciones Unidas y Estados Unidos, que pidieron "al menos” tres días de tregua para permitir a los civiles celebrar la fiesta del Aid al Fitr, que marca el inicio del ramadán, los generales al mando de las fuerzas en combate no parecen dispuestos a ceder. El jefe del Ejército, Abdel Fatah al Burhan, descartó negociar con su otrora número dos, Mohamed Hamdan Daglo, líder de las FAR.
Balas sobre alegría
Justo cuando los paramilitares anunciaban su disposición a callar las armas por 72 horas para dar respiro a los sudaneses, Burhan aparecía por primera vez en la televisión estatal desde el inicio de los combates, el sábado pasado, para dar un discurso con motivo de la fiesta del Aid, en el que no mencionó ninguna tregua. "En el Aid de este año, nuestro país sangra: la destrucción, la desolación y el ruido de balas prevalecen sobre la alegría", dijo.
"Esperamos salir de esta prueba más unidos, un solo ejército, un solo pueblo", dijo con uniforme militar entre dos banderas sudanesas.
Al Burhan agregó que espera superar esta terrible experiencia "de una manera que preserve la seguridad y la unidad del país y nos permita asegurar una transición a un gobierno civil”. También lamentó las muertes, "las familias que fueron desplazadas, y las instalaciones y viviendas que fueron destruidas". La última cifra de víctimas eleva a 413 el número de fallecidos y alrededor de 3.551 heridos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).