Un inmigrante venezolano en situación irregular en Estados Unidos fue condenado este miércoles a cadena perpetua sin remisión por el asesinato de una estudiante, un caso que Donald Trump aireó durante la campaña electoral como parte de su retórica antimigratoria.

"¡Justicia para Laken Riley!", escribió el presidente electo en su red Truth Social una vez anunciada la condena, a pesar de que todavía no se conocía la pena.

"Es hora de garantizar la seguridad de nuestra frontera y expulsar a estos criminales y matones de nuestro país para que algo como esto no pueda volver a ocurrir", añadió el republicano.

De esa manera, Trump puso al mismo nivel el crimen y la inmigración ilegal, como ha hecho a lo largo de la campaña, a pesar de que las estadísticas oficiales de la Oficina Federal de Investigación (FBI) indican que los crímenes violentos han disminuido en el país.

Un juez del estado de Georgia (sur) declaró a José Antonio Ibarra, un venezolano de 26 años, culpable de los diez cargos, incluido asesinato y agresión agravada con la intención de violar a Riley, una estudiante de enfermería de 22 años. Lo condenó a cadena perpetua sin remisión.

El cuerpo de la estudiante de enfermería, que había salido a correr una mañana de febrero, fue encontrado en una zona boscosa cerca de un lago en el campus universitario de Georgia.

Antes de la sentencia, hablaron varios familiares de la víctima, entre ellos su hermana menor, Lauren Phillips, quien dijo que ahora "vive en un estado constante de miedo, ira y tristeza" y describió al acusado como un "depredador inhumano".

"Nunca más me enviará un mensaje de buenos días todos los días, un TikTok gracioso o un Snapchat bobo", dijo Phillips, rompiendo en llanto durante la instancia.

El condenado, que no habla inglés con fluidez, siguió el juicio y el veredicto con la ayuda de un traductor. Tiene 30 días para recurrir.

El caso dio un giro político cuando los republicanos exigieron que el presidente demócrata Joe Biden "pidiera disculpas" a la familia de Laken Riley por, según ellos, no aplicar una política firme en la frontera con México.

Durante la campaña electoral, Trump criticó duramente a los migrantes en situación irregular. Los acusó de "envenenar la sangre" del país y los comparó con "animales" y "monstruos".

El republicano ha prometido tomar medidas enérgicas contra los cruces fronterizos y llevar a cabo deportaciones masivas una vez que asuma el cargo en enero.

Ha nombrado a Tom Homan, un funcionario de inmigración partidario de actuar con mano dura, como su "zar de la frontera".

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