AFP

Los mandatarios Juan Manuel Santos y Nicolás Maduro iniciaron una esperada reunión en Quito, con la que buscan bajar la escalada de tensiones en la frontera colombo-venezolana a causa de los cierres limítrofes dispuestos por Caracas y que han forzado la salida de miles de colombianos.

A un mes de que estallara la grave crisis fronteriza y política, los mandatarios y sus cancilleres se reencontraron este lunes después de las 14:00 horas locales en el Palacio de Carandolet, sede del gobierno ecuatoriano.

"Venimos con la mejor de las voluntades, no va a ser fácil, lo sabemos, pero estamos obligados a que de esta reunión salgan buenas noticias de paz", dijo Maduro a su llegada a Quito.

De su lado, Santos anticipó desde Colombia que viajaba con "las mejores intenciones, pero sin grandes expectativas".

"Mi prioridad para esta reunión es, ante todo, el respeto a Colombia y a los colombianos, a nuestra soberanía y a los derechos fundamentales de nuestros compatriotas", declaró Santos antes de emprender vuelo.

El encuentro, que se desarrolla a puerta cerrada, cuenta con la presencia de los mandatarios de Ecuador, Rafael Correa, y de Uruguay, Tabaré Vázquez, quienes ejercen las presidencias pro tempore de la Celac y la Unasur, dos de los mayores bloques regionales.

Con un largo historial de incidentes en la frontera común de 2.219 km, Colombia y Venezuela entraron hace un mes en una grave espiral de acusaciones y tensiones.

El 19 de agosto Maduro decretó el estado de excepción en varios puntos fronterizos y ordenó su cierre, tras un ataque a una patrulla venezolana que dejó tres heridos. 

El jefe de Estado culpó de la acción a paramilitares colombianos implicados en el narcotráfico y emprendió una cruzada para sanear la frontera del millonario contrabando de mercancías, principalmente de gasolina, y que es estimulado por las diferencias abismales de precios entre países.

Desde entonces han sido deportados 1.532 colombianos y 18.377 han regresado a su país por miedo a ser expulsados, según cifras de la ONU. 

A raíz del éxodo de colombianos, muchos de los cuales huyeron por trochas con sus enseres a cuestas, Colombia ha denunciado "un drama humanitario", agravado según Bogotá por violaciones a los derechos humanos por parte de autoridades venezolanas.

Bogotá y Caracas se distanciaron aún más con el llamado a consultas de sus embajadores, el 27 de agosto.

Un acuerdo de paz

Santos insistió este lunes en que "el estado de excepción decretado" por Maduro "no puede servir de excusa para la violación de los derechos humanos", y que a partir de esta posición seguirá "insistiendo en el diálogo y la diplomacia, pero un diálogo serio, constructivo, sereno y respetuoso".

Maduro, entretanto, justificó sus medidas, sugirió que no "daría un paso atrás", pero planteó "un acuerdo, un pacto de convivencia, coexistencia, respeto, igualdad y paz" entre los gobiernos.

Acosado por una grave crisis económica de cara a las elecciones legislativas de diciembre, Maduro ha negado los señalamientos sobre violaciones de derechos de los colombianos y ampliado el cierre a otras áreas de frontera.

La crisis escaló en la última semana con las denuncias de Colombia sobre tres incursiones aéreas y una terrestre en su territorio por parte de fuerzas venezolanas.

Con esos antecedentes, el encuentro de este lunes bien podría estar lejos de ser definitivo para resolver la tirante situación política y fronteriza.

Las cancilleres de Colombia y Venezuela ya fracasaron en el intento de acercar posiciones durante las dos reuniones que han sostenido, la última de ellas en Quito, desde que estalló la crisis. 

De ahí que todas las miradas apunten a Ecuador y Uruguay. Los dos gobiernos, en su condición de representantes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), podrían tener la clave diplomática en esta coyuntura. 

Correa aparece como el facilitador más activo en el diálogo entre Colombia y Venezuela. 

Muy cercano a Maduro, el presidente ecuatoriano mantiene a su vez una relación cordial con su homólogo colombiano.

Correa se anotó un primer punto al conseguir que tanto Santos como Maduro aceptaran reunirse sin condiciones previas. 

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