El candidato independiente Rumen Radev, un exgeneral al que se le atribuyen simpatías hacia Moscú, se impuso este domingo en las elecciones presidenciales búlgaras con el 58 por ciento de los votos, señalan los medios locales.
El fracaso de su rival, la oficialista Tsetska Tsacheva, que obtuvo un 35 por ciento, abre una crisis en el Ejecutivo, ya que el primer ministro, Boyko Borisov, prometió dimitir si no ganaba su candidata.
Los institutos demoscópicos Gallup International, Alpha Research y Market Links han ofrecido cifras muy semejantes en base a sondeos a pie de urna publicados justo en el momento de cierre de los colegios electorales.
Aunque los primeros resultados se conocerán algo antes de medianoche, Bulgaria no alberga dudas de que el nuevo presidente será Radev, un exmilitar sin experiencia en política que fue apoyado por la oposición socialista.
"La diferencia entre los dos candidatos se sitúa entre el 23 y 24 por ciento, lo que se traduce en medio millón de votos más para uno de los aspirantes", declaró el analista Parvan Simeonov, de Gallup International, en la emisora privada Nova TV.