"El Papa está haciendo que vuelva a ser católico". Esas palabras de Raúl Castro resumen el carácter de la reunión que sostuvo con el Papa Francisco.
El presidente cubano se entrevistó el domingo durante una hora con el Sumo Pontífice en un encuentro "cordial" y le agradeció su mediación entre Cuba y Estados Unidos.
Tras esta primera visita del líder cubano al Vaticano, los dos dirigentes aparecieron juntos durante un minuto, sonrientes, antes de separarse.
Según el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, la entrevista, relativamente larga, fue "cordial" y sirvió para que Castro "agradeciera la mediación" en el acercamiento histórico entre Cuba y Estados Unidos, anunciada en diciembre pasado tras medio siglo de conflicto.
Ambos se intercambiaron presentes. El Papa le ofreció una medalla de San Martín de Tours, conocido en la tradición cristiana por haber compartido su abrigo con un mendigo. "Hay que vestir a los pobres y promoverlos", subrayó Francisco ante su invitado, a quien también regaló su exhortación apostólica "El Evangelio de la Alegría", el texto base de su pontificado.
Castro ofreció al Papa una obra del artista cubano Alexis Leiva Machado, que firma como Kcho, inspirado en el tema de la inmigración de clandestinos que llegan a la isla italiana de Lampedusa. El cuadro representa una cruz hecha con barcos de naufragados, explicó Lombardi.
"Salí impresionado por su sabiduría, por su modestia y todas las virtudes que sabemos que tiene. Yo, y el círculo dirigente de mi país, leo todos los días los discursos del Papa. Y le dije que si sigue hablando así volveré a rezar y volveré a la Iglesia católica y no es broma", dijo Castro más tarde a la prensa, tras entrevistarse con el premier italiano, Matteo Renzi, en Palazzo Chigi.
"Soy comunista y como saben en el pasado uno no podía ser miembro del Partido Comunista si era católico", explicó y agregó: "Él es jesuita y yo también fui a una escuela jesuita y hay un sacerdote famoso en América latina, Frei Betto, más joven que yo, a quien le dije: 'Frei Betto, yo oí más misas que tú y cuando el Papa vaya a Cuba en septiembre yo iré a todas las misas con satisfacción", reflexionó.
Una decena de guardias suizos en uniforme recibieron en el Vaticano a Castro, que llegó en una limusina con la bandera cubana durante esta jornada.
Encuentro histórico
El encuentro entre Francisco y Raúl Castro fue anunciado el pasado martes y también sirvió para cerrar los detalles del próximo viaje del pontífice a la isla, en septiembre.
Francisco hará escala en Cuba antes de viajar a Estados Unidos, donde tiene previsto visitar Nueva York y hablar ante las Naciones Unidas.
Cuando el 17 de diciembre Cuba y Estados Unidos anunciaron su acercamiento, el presidente cubano agradeció a Francisco sus gestiones como mediador.
Francisco será el tercer pontífice que visita Cuba, después de Juan Pablo II en 1998 y Benedicto XVI en 2012.
No es la primera vez que Raúl Castro visita Roma. Ya lo hizo en 1997, cuando era ministro de Defensa, en una visita sorpresa cuando venía de Pekín. El líder cubano visitó entonces algunos lugares históricos dentro de la Ciudad del Vaticano.
Tras haber sido combatida por el régimen castrista, la Iglesia Católica se ha convertido en un interlocutor del gobierno cubano en las últimas décadas.
Tras la revolución cubana de 1959, la Iglesia se opuso al nuevo régimen comunista, que reaccionó expulsando a un centenar de religiosos y nacionalizando numerosos bienes eclesiásticos.
Pero tras años de altibajos, el hermano de Raúl y líder histórico cubano, Fidel Castro, relanzó las relaciones con la Iglesia con una visita al Vaticano en 1996, coincidiendo con la cumbre sobre alimentación en la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
Castro fue recibido por el papa Juan Pablo II, que dos años después viajó a Cuba.
Los viajes de los papas a Cuba marcaron nuevos avances en las relaciones entre Cuba y el Vaticano. En 1998, cuando Juan Pablo II visitó la isla, Fidel Castro restituyó el feriado de la Navidad, que había sido suprimido a finales de los años 1960. En 2012, durante la gira de Benedicto XVI, el presidente Raúl Castro restituyó el feriado de Semana Santa.
Y como parte del diálogo iniciado en 2010 por el cardenal Jaime Ortega y el presidente Castro, el gobierno autorizó la construcción de nuevos templos católicos. En 2013 comenzó además a devolver a la Iglesia varios inmuebles nacionalizados en los años 1960.