AFP

Los electores de Iowa serán, como cada cuatro años, los primeros en votar en las primarias presidenciales de Estados Unidos, que se lanzan este lunes.

Hillary Clinton defiende su posición de favorita en tiendas demócratas, mientras que en el bando republicano el magnate de los bienes raíces Donald Trump intentará probar que no solo es un fenómeno mediático.

Entre los republicanos el voto es secreto, mientras que los demócratas formarán grupos por candidatos para adjudicarse delegados.

La semana siguiente, las primarias seguirán en New Hampshire, y sucesivamente en los otros estados hasta junio. Las elecciones presidenciales tendrán lugar en noviembre.

Desde los años 1970, Iowa defiende mantener el privilegio de ser el primer estado en votar en las primarias, lo que le permite ejercer un peso desmesurado con respecto a sus tres millones de habitantes.

Fue en este estado que en 2008 comenzó a cambiar la fortuna de Hillary Clinton, de 68 años, en favor del Barack Obama.

Este año, la novedad se llama Bernie Sanders, el senador por el estado de Vermont de 74 años.

"Estados Unidos no se puede permitir escoger entre ideas que suenan bien en el papel pero que no pueden aplicarse", dijo Hillary Clinton en su último mitin la noche del domingo en Des Moines ante unas 2.600 personas, en alusión a las propuestas de Sanders.

La liza "es muy, muy ajustada", dijo el senador ante sus adeptos en su local de Marshalltown.

La última encuesta divulgada el sábado por el diario Des Moines Register otorga a Hillary 45% de las adhesiones, contra 42% para Sanders.

Sanders, que se autodenomina "socialista democrático", no asusta a los jóvenes demócratas, que lo ovacionan cuando promete una "revolución política".

¿Se movilizarán los jóvenes este lunes? En 2008, los menores de 30 años representaron el 22% de los participantes.

"No volveremos a ver otro candidato como él en nuestras vidas", dijo Ezra Koenig, cantante del grupo de rock Vimpire Weekend, durante un mitin-concierto el sábado por la noche.

Aún si termina en segundo lugar, Sanders podría reivindicar una victoria relativa: cuando se lanzó a la campaña en abril pasado, registraba menos del 10% de votos en Iowa.

En New Hamshire, Sanders domina las encuestas, pero en el resto del país se queda atrás.

Voto de protesta

El rechazo a las elites políticas ha marcado los últimos siete meses de campaña, algo sobre lo cual el millonario Donald Trump ha capitalizado entre los republicanos.

"El surgimiento de outsiders como Donald Trump no es algo que (antes) haya tenido resonancia en Iowa como en esta ocasión", dijo David P. Redlawsk, profesor de Ciencias Políticas de la Rutgers University, quien se encuentra de permiso en Des Moines.

"En este momento hay un auténtico deseo de mirar hacia afuera de la política, de buscar alternativas a lo que la gente parece percibir como un quiebre del sistema", agregó.

Trump, que exhibe 28% de las adhesiones en la citada encuesta, ataca al establishment y la incompetencia de los dirigentes, mientras promete que con él "Estados Unidos ganará tanto que se cansará de ganar".

Su discurso nacionalista, anti-inmigrante y políticamente incorrecto ha calado entre los votantes desilusionados.

El voto evangélico 

Pero el magnate de Nueva York, con tres matrimonios, divide a la derecha religiosa que ayudó a coronar a los dos últimos ganadores de los caucus de Iowa, en 2008 y 2012.

Muchos cristianos conservadores apoyan al senador por Texas Ted Cruz, criatura del Tea Party, que obtiene 23% de las intenciones en el sondeo. Detestado en el Congreso por su obstrucción permanente, hizo campaña contra el "cártel de Washington".

En tanto, el senador por Florida Marco Rubio, de origen cubano al igual que Ted Cruz, quiere tender un puente entre el ala evangélica y el ala moderada del partido republicano.

Un desempeño superior al 15% en la última encuesta afianza la posición de Rubio en el pelotón de los otros nueve aspirantes.

Entre estos tres candidatos parece que será la lucha.

"Es muy deshonesto", dice Trump de Cruz, en alusión a que es nacido en Canadá.

"Donald ha entrado en quiebra cuatro veces", respondió el domingo Cruz a los ataques.

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