El acercamiento diplomático entre Estados Unidos y Cuba no logró plasmarse este martes en la votación anual que la Asamblea General de la ONU realiza a propósito del embargo comercial que Washington mantiene contra La Habana desde 1962.

El gobierno del presidente Barack Obama, quien desde su llegada al poder en 2009 viene impulsando la flexibilización de las sanciones a Cuba y ha protagonizado el histórico restablecimiento de relaciones diplomáticas con La Habana ocurrida en el último año, enfrentaba una fuerte disyuntiva.

Aunque el mandatario estadounidense ha criticado abiertamente el embargo y ha pedido al Congreso que comience a levantarlo, le resultaba muy difícil votar en contra de una ley aprobada por su propio país por lo que sus opciones se limitaban a abstenerse en la votación o volver a votar en contra.

Durante su intervención, el representante estadounidense hizo un recuento de los avances que se han logrado en las relaciones bilaterales con Cuba durante el último año.

Lamentó que el gobierno de Cuba haya insistido en presentar un texto casi idéntico al aprobado en años anteriores y que no refleja la situación actual, por lo que advirtió que Washington no lo apoyaría.

El ministro de Exteriores de Cuba, Bruno Padilla, aseguró que los cambios adoptados por el gobierno de Obama, aunque positivos, sólo modifican de forma parcial lo que Cuba califica como un bloqueo, cuyo levantamiento consideró necesario para darle sentido a los avances logrados en los últimos meses.

Desde el año 1992, la Asamblea General somete a votación anualmente una resolución en contra de las sanciones estadounidenses que ha ido creciendo en apoyos hasta convertirse en casi unánime: en 2014, 188 países apoyaron la moción y sólo Estados Unidos e Israel votaron en contra. Tres países se abstuvieron.

En la votación de este martes, 191 países apoyaron la moción y sólo Estados Unidos e Israel votaron en contra.

Medio siglo de sanciones

El embargo contra Cuba se originó en el año 1960, tras la decisión del gobierno cubano de estatizar todos los bienes pertenecientes a empresas extranjerasen el país, aumentar los impuestos a las importaciones estadounidenses y establecer relaciones comerciales con la Unión Soviética.

La respuesta del presidente estadounidense de entonces, Dwight D. Eisenhower, significó el recorte de las cuotas de importación de azúcar cubano, el congelamiento de los bienes cubanos en Estados Unidos, la imposición de un embargo comercial casi total y la ruptura de relaciones diplomáticas con el gobierno de Fidel Castro.

El 7 de febrero de 1962, el presidente estadounidense John F. Kennedy decidió imponer un embargo comercial completo, que restringía los viajes y el comercio.

De acuerdo con el gobierno cubano, las restricciones impuestas por EE.UU. significaron pérdidas de más de un billón de dólares para la isla durante los 50 años siguientes.

En marzo de 1996, el Congreso de Estados Unidos codificó el embargo contra Cuba con la aprobación de la Ley Helms-Burton que penaliza a las empresas estadounidenses que realicen negocios con las isla y que establece que las sanciones sólo pueden ser levantadas si se cumplen algunas condiciones que incluyen la salida de Fidel y de Raúl Castro del poder, el establecimiento de elecciones libres, de la libertad de prensa y la liberación de todos los presos políticos.

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