AFP
Diecisiete hombres de la Iglesia recibieron este sábado la birreta púrpura cardenalicia de manos del papa Francisco, que progresivamente modela a su imagen el colegio de cardenales, ahora menos europeo y más comprometido con la justicia social.
El consistorio (asamblea de cardenales) para diseñar un nuevo colegio cardenalicio se celebró este sábado en la basílica San Pedro.
Cada nuevo "príncipe de la Iglesia" se arrodilló de forma ritual ante el papa para recibir su birreta, un tocado eclesiástico de forma cuadrangular, así como su anillo de cardenal.
"Amad, haced el bien, bendecid y rezad" les instó el papa, quien lamentó que el "desconocido, o el inmigrante o el refugiado" se convierta a veces para nosotros en un "enemigo".
"Venimos de países lejanos (...) con idiomas, colores y costumbres diferentes (...) pensando de forma diferente y celebrando la fe con ritos diferentes. ¡Y nada de esto nos convierte en enemigos!" exclamó Francisco en una homilía.
El nuevo colegio está integrado por 228 miembros, susceptibles de asistir al papa en su actividad diaria, pero solamente 121 de ellos (pronto 121) tienen menos de 80 años y pueden participar en el famoso cónclave que elige a un nuevo papa. Y... potencialmente pueden suceder al argentino Francisco.
El papa, de 79 años, que ha creado cardenales por tercera vez desde su elección en 2013, ya ha nombrado personalmente a más de una tercera parte de los cardenales electores.
Al revelar los nombres de los elegidos, el pontífice había dicho que su elección refleja una vez más la "universalidad de la Iglesia" en oposición a una tradición más centrada en el pasado en Europa, o incluso en la misma Italia.
De hecho 13 hombres de todos los continentes se convierten este sábado en cardenales electores: tres europeos, tres estadounidenses, un mexicano, dos sudamericanos, dos africanos, un asiático y uno de Oceanía. Cuatro cardenales de más de 80 años --no electores por tanto-- tienen un estatuto más bien honorífico.
Un condenado a muerte
Todos ellos son arzobispos u obispos, salvo un simple sacerdote albanés, Ernest Simoni, de 88 años, perseguido durante la dictadura comunista del tirano Enver Hoxha. Condenado a muerte por haber celebrado una misa en memoria del presidente estadounidense John Kennedy, Simoni purgó 18 años de trabajos forzados, en la prisión y en la mina. Al visitar Albania en 2014, el papa Francisco había quedado impresionado y emocionado por la vida de este resistente católico.
Otra opción original es la de un "nuncio apostólico" (embajador del papa) en Siria, país "mártir" e incesantemente presente en las oraciones de Francisco. Monseñor Mario Zenari no ha querido abandonar el puesto que ocupa desde hace ocho años en Damasco, donde intenta dialogar con las diferentes partes del conflicto.
Asimismo, monseñor Dieudonné Nzapalainga, implicado en una plataforma interreligiosa para la paz en su devastado país, se convierte en el primer cardenal de la historia de República Centroafricana. Con 49 años, es el más joven de los nuevos cardenales.
La "periferia" del papa
El pontífice argentino, al que le gusta declinar la palabra "periferias" crea cardenales en Lesotho, en Papuasia-Nueva Guinea, en la isla Mauricio, en Bangladesh y en Malasia, países que tienen por primera vez un cardenal.
Otro hecho destacable es que el papa, que llevó a cabo toda su vida religiosa en Argentina, ha seleccionado a un solo prelado de la Curia romana (gobierno del Vaticano). Se trata sin embargo de alguien nuevo: el estadounidense nacido en Irlanda Kevin Farrell, llega de Dallas, y fue nombrado en agosto prefecto del nuevo "dicasterio" (ministerio) de la laicidad, de la familia y de la vida.
Otros dos estadounidenses elegidos, los arzobispos Blase Cupich de Chicago y Joseph Tobin de Indianapolis son considerados prelados más bien "progresistas" por la prensa católica, al defender el lugar de la mujer en la Iglesia o la inmigración.
Y otro elegido, monseñor Jozef De Kesel, arzobispo de Malinas-Bruselas, ha planteado el tema del mantenimiento del carácter obligatorio del celibato para los sacerdotes.
En el nuevo cónclave serán ahora un 45% de electores de la Vieja Europa (contra 52% cuando el papa Francisco fue elegido en marzo de 2013), 14% de América del Norte, 12% de África, 12% de Asia, 11% de América del Sur, 3% de América Central y 3% de Oceanía.
Este cambio refleja más con la presencia mayoritaria de creyentes en el hemisferio sur del planeta, mientras Europa se seculariza.