La Organización de Estados Americanos (OEA) declaró una "grave alteración inconstitucional del orden democrático" en Venezuela y resolvió implementar medidas diplomáticas para superar la crisis en ese país.

La resolución fue aprobada en una sesión de urgencia convocada por una veintena de países  —entre ellos, Chile— y de la que Venezuela, acompañada de Bolivia y Nicaragua, se ausentó en protesta.

Esta reunión se convocó luego de que el nuevo presidente del Consejo Permanente de la OEA, el boliviano Diego Pary, suspendiera el debate extraordinaria para tratar la situación de Venezuela, decisión que generó una ola de críticas.

Las razones jurídicas que permitieron este reinicio es que existía el quorum necesario (un tercio de los 35 Estados miembros) y que, al no estar el presidente ni el vicepresidente (representante Haití), podía encabezarla el embajador titular con más antigüedad en la organización, Leónidas Rosa Bautista, de Honduras.

Si bien hacía tiempo que la cabeza de la OEA, Luis Almagro, deseaba involucrarse en la convulsionada situación política de la nación caribeña, su motivación tomó un nuevo aire después de que el miércoles pasado el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela suspendiera las funciones de la Asamblea Nacional.

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