La noche del jueves, Donald Trump realizó su primer discurso tras haber sido víctima de un atentado en una concentración en Butler, Pensilvania.
En dicho discurso, aceptó formalmente el ser candidato presidencial del Partido Republicano estadounidense, en un discurso que se convirtió en el más largo de la historia de las convenciones del partido (93 minutos).
"Me postulo a ser presidente para todos los estadounidenses, no tan solo la mitad. No hay ninguna victoria cuando se gana solo la mitad de Estados Unidos. Esta noche, con fe y devoción, con mucho orgullo, acepto su nominación a ser presidente", dijo.
Una de las participaciones más comentadas en la Convención Republicana, fue la de la esposa de Donald Trump, Melania, la cual llamó poderosamente la atención a los medios presentes en el evento.
Según relató el corresponsal de T13 en Estados Unidos, José María del Pino, a la exmodelo “no se le notó a gusto”, ya que hace tres años ya no vive junto a Trump.
De hecho, ella vive junto al hijo menor del magnate, Barron Trump, en Nueva York, mientras que Trump vive en Florida.
Asimismo, señaló que si bien mantienen relación cordial, "es un matrimonio que –en estricto rigor- no opera como matrimonio".
De hecho, cuando llegó Melania Trump, muchas personas creyeron que -tal como es la tradición al interior del partido- iba a presentar a Donald Trump, ya que los cargos principales son presentados por sus esposas.
Sin embargo, la mujer pasó directamente a sentarse con la familia y no lo hizo.
En cambio, Trump fue presentado por el director ejecutivo de la UFC, Dana White, para luego dar su discurso.