En el mundo existen distintas cárceles consideradas de máxima seguridad. Algunas cuentan con infraestructura y tecnología que efectivamente las convierten en unas de las más seguras del planeta, pero también con duros regímenes que se emplean en su interior.
Cómo son estos centros, qué tipo de prisioneros hay en su interior y cómo es el día a día de ellos. En T13.cl te contamos cómo funcionan cinco cárceles consideradas de máxima seguridad en el mundo.
Estas son cinco de las cárceles más seguras en el mundo
Cárcel ADX Florence: “Mucho peor que la muerte”
"Infierno de alta tecnología", "Alcatraz rocoso", "SuperMax": son algunos de los sobrenombres de la cárcel de máxima seguridad Administrative Maximum Facility (ADX) en Florence, Colorado, considerada una de las más seguras y crueles de Estados Unidos.
Construida en 1994 en el corazón de un desierto montañoso, de esta instalación rodeada de torres de vigilancia y hombres fuertemente armados es prácticamente imposible escapar.
En este recinto se encuentra el narcotraficante Joaquín "Chapo" Guzmán, quien se fugó de prisiones de máxima seguridad en México en dos oportunidades. Pero de Florence nadie ha escapado.
Los prisioneros más peligrosos están confinados 22 horas y media al día en una celda de hormigón y acero de 2,1 por 3,6 metros, de la que solo pueden salir con grilletes en pies y manos.
Robert Hood, un exguardia en Florence, dijo que esta prisión no era más que "una versión del infierno más limpio", "mucho peor que la muerte".
Un informe del Centro de Información sobre Correcionales de Washington DC (DCICC), organización autorizada por el Congreso de Estados Unidos, indicó que la inmensa mayoría de los reclusos (92% de 427 prisioneros al momento de la visita en abril 2017) fueron transferidos de otras cárceles federales por "problemas disciplinarios". Muchos sufren también desórdenes mentales.
"Estar aquí no corrige tu comportamiento o lo que sea que hayas venido a buscar, como la gente afuera puede pensar. En la mayoría de los casos te hace aún más amargado y agresivo debido a la forma como te tratan", dijo un recluso citado por la organización.
La cotidianidad de los prisioneros de máxima seguridad no es color de rosa: están encerrados en solitario en la celda de 8 m2, con una cama, un escritorio y un banco de concreto. Una ducha, inodoro y lavamanos de acero inoxidable y la luz del día pasa por un agujero profundo de 10 cm de ancho a 120 cm de altura, que impide ver hacia el exterior.
Las celdas tienen una puerta de acero sellada, por lo que los reclusos no pueden hablar entre ellos. El único contacto humano viene con las pocas palabras que intercambian con los guardias, cuando traen y se llevan la comida.
Las visitas están permitidas, pero tienen que ser aprobadas por la cárcel.
El único momento para ver la luz del sol es en los minutos de "recreación". Tres o cinco guardias llevan al recluso en cadenas a una especie de jaula, no mucho más grande que la celda, donde finalmente puede ver el cielo y hablar, si coinciden, con otros presos en jaulas vecinas.
Esas "salidas", que sirven para también requisar el calabozo, se limitan a 10 horas semanales, según un informe de Amnistía Internacional de 2014, que denunció el centro de detención "no cumple con los criterios internacionales para el trato humano de prisioneros".
La distracción se limita a un poco de deporte, alternado con la recreación en la jaula, dibujos, libros y ver Netflix, DVD u otros programas en una televisión dentro la celda.
Qingcheng, las torres de vigilancia más altas del mundo
Esta prisión, ubicada en las afueras de Beijing, la capital de China, cuenta con las torres de vigilancia más altas del mundo, además de muros de concreto y metal que rodean a cada prisionero.
Un sinnúmero de guardias hace que cada preso tenga uno o dos en la puerta de su celda.
También cuenta con cuartos especializados, como la celda de interrogatorio donde los obligan a confesar.
Guantánamo, para detenidos acusados de terrorismo
El Centro de Detención de Guantánamo es una prisión militar de alta seguridad ubicada en la base naval de la bahía de Guantánamo, en Cuba.
Es quizás una de las más conocidas de todo el mundo y también una de las más seguras. De hecho, esta prisión llegó a albergar a 780 detenidos en los días posteriores al 11 de septiembre de 2001, la mayoría de ellos por presuntos vínculos con Al Qaeda y los talibanes.
Desde 2002, las autoridades de Estados Unidos la han usado como centro de detención para detenidos acusados de terrorismo, aunque mandatarios de ese país también han intentado infructuosamente cerrarla. Sólo ha dejado de recibir nuevos prisioneros en algunos periodos.
Posee una superficie de 117,6 kilómetros cuadrados y si en septiembre de 2008 había alrededor de 250 presos, hasta enero de 2021 el cálculo indicaba que había 40 prisioneros, todos acusados de actos de terrorismo y la mayoría de los cuales ha pasado casi dos décadas en la cárcel.
Toda la infraestructura es de metal, así que la prisión es como un gran búnker. Hay alrededor de 20 guardias militares por cada preso y más de 1.500 que vigilan la zona.
Fuchu, un estricto reglamento para reeducar a los presos
La cárcel de Fuchu, ubicada en las afueras de Tokio, la capital de Japón, tiene un estricto reglamento para reeducar a los presos.
Según distintos medios, al interior de esta prisión se lleva a cabo un adoctrinamiento militar. Los convictos trabajan más de siete horas y cada vez que salen de sus celdas lo deben hacer en formación militar, acompañados por un guardia de seguridad. Además, los presos tienen totalmente prohibido hablar entre ellos.
A quienes no obedezcan las normas se les castiga fuertemente; desde amonestaciones verbales, castigo y penalidades como privación de beneficios o en celdas donde están atados de pies y manos o mirando hacia una pared por varios días.
También se controlan sus horarios, alimentos y otros aspectos. Los presos pasan la mayor parte del tiempo en el interior de sus celdas, equipadas con múltiples sensores que registran sus movimientos continuamente.
Bang Kwang, “el gran tigre”
Según el periódico español 20 Minutos, este centro penitenciario de Tailandia es definido como “el gran tigre” por los reos, por la manera en que devora a sus presos.
Sus celdas son de unos cuatro metros cuadrados, con entre ocho y diez presos cada una. De hecho, añadió el medio este año, los reos están hacinados. Bang Kwang alberga más de 8.000 presos cuando fue construida con capacidad para 3.500 presos.
Acerca de esto último, existiría una ley de supervivencia entre los presos, porque los alimentos y el agua no son suficientes para todos. También los asesinatos serían frecuentes.