Un ex miembro de la Marina tailandesa murió, por culpa de no tener suficiente oxígeno, tras haber suministrado provisiones a los niños atrapados en una cueva inundada del norte de Tailandia.
"Tras haber entregado una reserva de oxígeno, a su vuelta, no tuvo suficiente oxígeno", anunció el vicepresdiente de la provincia de Chiang Rai, Passakorn Boonyaluck.
"Perdió el conocimiento en el camino de vuelta, su compañero de buceo intentó ayudarle y llevarlo", precisó el jefe de los comandos de la Marina, Apakorn Yookongkaew.
Entretanto, los socorristas que intentan rescatar a los doce niños y a su entrenador de fútbol, atrapados en una cueva inundada desde hace 13 días, trataban de avanzar en los preparativos para la evacuación antes de que regresaran las lluvias.
Los socorristas están bombeando agua de la cueva para que baje su nivel y que los niños puedan salir de allí sin tener que bucear o haciéndolo en momentos contados.
De momento, un buzo experimentado necesita 11 horas para hacer un viaje de ida y vuelta hasta donde están los niños: seis de ida y cinco de vuelta gracias a la corriente.
Con edades entre los 11 y los 16 años, los menores y su entrenador de fútbol, de 26 años, han estado dentro de la cueva Tham Luang durante 13 días.
A los niños se les enseñará a nadar y bucear mientras se preparan para tomar la "increíblemente peligrosa" ruta de remar por las turbias aguas del túnel, un viaje peligroso que tomaría 11 horas.