El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, aceptó una invitación para reunirse con su homólogo británico, Ben Wallace, y hablar de la crisis en la frontera entre Rusia y Ucrania, indicó el sábado una fuente de Defensa del Reino Unido.
"El secretario de Defensa se alegra de que Rusia haya aceptado la invitación para hablar con su homólogo", dijo la fuente.
"Dado que la última reunión bilateral entre nuestros dos países tuvo lugar en Londres en 2013, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, propuso reunirse en Moscú", añadió.
Por parte británica, "el ministro dejó claro que exploraría todas las vías para lograr la estabilidad y la resolución de la crisis ucraniana", añadió la fuente, que precisó que aún estaba "en comunicación con el gobierno ruso" sobre los detalles prácticos.
El anuncio se produce en un momento de cierta distensión entre Occidente y Moscú.
El viernes, durante unas negociaciones en Ginebra y tras varias semanas de escalada verbal, los jefes de la diplomacia rusa y estadounidense, Serguéi Lavrov y Antony Blinken, acordaron continuar con sus conversaciones "francas" la semana que viene.
Esto le dio al secretario general de la ONU, António Guterres, la esperanza de que "no se produzca" una invasión rusa o una incursión militar en Ucrania.
Más directo, el jefe de la Armada alemana, el vicealmirante Kay-Achim Schönbach, descalificó el escenario de una invasión como un "sinsentido". Las declaraciones provocaron su dimisión este mismo sábado, según anunció el Ministerio de Defensa.
Occidente acusa a Rusia de concentrar a decenas de miles de tropas en la frontera para preparar un ataque.
El Kremlin niega cualquier intención bélica pero condiciona la desescalada a tratados que garanticen la no expansión de la OTAN, en particular a Ucrania, así como a la retirada de la Alianza Atlántica del este de Europa.
Algo que los occidentales consideran inaceptable y amenazan a Rusia con duras sanciones en caso de ataque.
Terrible atolladero
Pocos expertos militares creen que las fuerzas de Kiev puedan repeler una invasión rusa, si bien se están modernizando rápidamente.
Pero la ministra británica de Asuntos Exteriores, Liz Truss, advirtió el viernes que Moscú aún corre el riesgo de verse envuelto en un "terrible atolladero" si se decide a invadir.
En un discurso pronunciado en Australia, la jefa de la diplomacia británica lanzó una advertencia contundente y personal al presidente ruso, Vladimir Putin, avisándole de que podría estar a punto de cometer un gran error estratégico. "No aprendió las lecciones de la historia", dijo Truss en el Instituto Lowy de Sídney.
"Los ucranianos lucharán contra esto, podría ser un atolladero", añadió.
Rusia presiona a Ucrania desde que, hace casi una década, un levantamiento derrocara a un gobierno que se había resistido a los llamamientos para que se acercara a Occidente.
Moscú se apoderó de la península de Crimea en 2014, cuando estalló una insurrección prorrusa en el este de Ucrania que, desde entonces, se ha cobrado más de 13.000 vidas.
Los llamamientos de Ucrania a los aliados occidentales para reforzar sus capacidades de defensa han hecho que Estados Unidos, Gran Bretaña y los países bálticos hayan acordado enviar armas, incluyendo misiles antitanques y antiaéreos, a Kiev.
Sin embargo, el ministro ucraniano de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba, arremetió el sábado contra Alemania por su negativa a suministrarle armas al país, instando a Berlín a dejar de "socavar la unidad" y de "alentar a Vladimir Putin".
Kuleba escribió en Twitter que las declaraciones de Alemania "sobre la imposibilidad de suministrar armas de defensa a Ucrania" no se ajustaban a "la actual situación de seguridad".
Asimismo, el ministro ucraniano subrayó que "la unidad de Occidente en relación con Rusia es hoy más importante que nunca".
Ucrania está "agradecida" con Alemania por el apoyo que ya le ha prestado, pero sus "declaraciones actuales son decepcionantes", añadió.
Previamente, la ministra alemana de Defensa, Christine Lambrecht, había afirmado que Berlín enviará un hospital de campaña a Ucrania, pero rechazó de nuevo las peticiones de armas del gobierno ucraniano.