Las condiciones de saneamiento deficientes amenazan la supervivencia infantil en el mundo. De esta forma lo revela el informe sobre el Programa Conjunto de Monitoreo“Progresos en materia de saneamiento y agua: informe de actualización de 2015 y evaluación de los OMD”,  desde donde se pone de manifiesto que una de cada tres personas, el equivalente a 2,4 mil millones, carecen de acceso a instalaciones de saneamiento, y que 946 millones de ellas defecan al aire libre.

Este conflicto sanitario que denuncian la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF, expone la “necesidad de centrarnos en las desigualdades como única vía para lograr un progreso sostenible”, según Sanjay Wijesekera, jefe de programas mundiales sobre agua, saneamiento e higiene de UNICEF.

“Si queremos obtener suministros de saneamiento a nivel universal para 2030, tenemos que garantizar que los más pobres comienzan a avanzar inmediatamente””, advierte la especialista.

En cifras, un total de 2,6 mil millones de personas han obtenido suministros desde 1990, y un 91% de la población mundial goza ahora de agua potable de mejor calidad. Los expertos aseguran que este número “sigue creciendo”.

Los logros en materia de supervivencia infantil también han sido considerables: en la actualidad, menos de 1.000 niños menores de cinco años mueren diariamente a causa de la diarrea causada por agua, saneamiento e higiene inadecuadas, comparados a los más de 2.000 diarios de hace 15 años.

Pero por otro lado, el progreso en materia de saneamiento se ha visto entorpecido “por la insuficiencia de las inversiones en campañas de concienciación, la falta de productos al alcance de los más pobres y las normas sociales que permiten e incluso fomentan la defecación al aire libre”, denuncia el informe internacional.

“En la actualidad, solo el 68% de la población mundial utiliza instalaciones de saneamiento mejoradas”, agrega el documento.

¿Qué evitamos con el saneamiento?

Si las personas acceden al agua potable, a un espacio saneado y se educan respecto de las medidas necesarias para mantener su higiene, entonces se podrán prevenir los casos –principalmente- por enfermedades tropicales desatendidas (las ETD), que afectan a más de 1,5 mil millones de personas de 149 países, y causan ceguera, desfiguración, discapacidad permanente y muerte.

La práctica de defecación al aire libre está vinculada también a un riesgo mayor de padecer un retraso en el crecimiento -o malnutrición crónica-, lo que afecta a 161 millones de niños, quienes sufren daños físicos y cognitivos irreversibles.

“Las zonas rurales son el hogar de 7 de cada 10 personas que carecen de acceso a saneamiento mejorado y de 9 de cada 10 personas que defecan al aire libre”, apuntan los expertos.

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