A los testigos de la cadena de explosiones que mató a al menos a 35 personas, presenciar esos momentos de devastación les ha dejado recuerdos difíciles de olvidar.
"Había muchos cuerpos esparcidos, bastantes de niños. Es lo peor que he visto en mi vida", dijo Angélica Ávila, hermana de un vendedor de pirotecnia que resultó con quemaduras graves, a la agencia de noticias EFE.
"Todo quedó destruido", decía llorando la mujer de 24 años, quien aguardaba afuera de uno de los hospitales en los que se atendía a los más de 60 heridos en la noche del martes.
Cesar Carmona, de 20 años, estaba llegando al mercado cuando ocurrieron las seis grandes explosiones que arrasaron con casi los 300 puestos de pirotecnia en el mercado de San Pablito.
"En cualquier lugar había gente llorando, corrían por todos lados desesperados", dijo el joven a EFE.
"La gente empezó a caer"
Esta no es la primera vez que en este mercado ocurren incidentes fatales de este tipo -se han registrado tres en poco más de una década- y apenas el 12 de diciembre las autoridades del Estado de México habían dicho que era "el más seguro de Latinoamérica".
"Tiene puestos perfectamente diseñados y con los espacios suficientes para que no se dé una conflagración en cadena en caso de un chispazo", dijo Juan Ignacio Rodarte Cordero, director general del Instituto Mexiquense de la Pirotecnia.
Pero ahora parece que era todo menos que seguro.
Las autoridades habían dicho que la seguridad en el mercado San Pablito impedía la explosión en cadena de los puestos, pero eso fue lo que ocurrió. |
"Estábamos en el área de baños y empezó a explotar un local (...) uno tras otro. La gente empezó a caer, mucha venía corriendo hacia la salida (...) pedazos de concreto y de tabiques empezaron a caer en toda la calle", dijo Federico Juárez, otro de los testigos, a la agencia Reuters.
"La gente salió corriendo en llamas, incendiada, niños", aseguró por su parte Walter Garduño, quien estaba cerca del mercado, a la agencia AFP.
Uno de los responsables de uno de los puestos dijo que en la temporada de fin de año hay una venta de 300 toneladas de explosivos, de ahí la magnitud de las explosiones registradas.
Los comerciantes del mercado de San Pablito contaban con permiso federal para el manejo de explosivos, por lo que será la fiscalía nacional la que investigue el caso. |
Niños asustados
Algunos vecinos de los alrededores de San Pablito dijeron que las detonaciones causaron mucha alarma, principalmente en los niños que estaban en casa.
"Los vecinos salieron de sus casas, salimos a la calle. Una niña gritaba angustiada que nos íbamos a ahogar de tanto humo, y otros niños lloraban. Todos estábamos asustados, pero más los niños, y gritaban cuando se oían los tronidos muy fuertes", dijo Guadalupe Sánchez al diario mexicano El Universal.
Tras las explosiones, un hombre identificado como José dijo al periódico que vio desde su casa cómo muchos corrían para huir del lugar, mientras que otros se apresuraban a prestar ayuda a las víctimas.
"Entraron a sacar los primeros cuerpos los mismos tianguistas (comerciantes), los amontonaron (…) Yo vi un montón de muertos, apilados. Pero no pocos, un montón, lo vi desde aquí de la azotea de la casa", aseguró el testigo.
Casi todas las estructuras en el mercado de San Pablito quedaron reducidas a escombros, como se pudo observar 24 horas después del incendio. |
En un hospital del municipio vecino de Coacalco al que fueron enviados varios heridos, todos los médicos fueron llamados al área de emergencias, explicó Jesús Ramírez.
"Si es trágico ver a un adulto, es más difícil ver a un niño sufrir", le dijo el médico a El Universal.
"Olía a pólvora. Todo el personal corría de un lado a otro para atender a la gente lastimada: los limpiaban, los suturaban, intentaban calmarlos".