Una infructuosa campaña habría llevado el gobierno de Donald Trump para frenar el nombramiento de la ex presidenta de Chile, Michelle Bachelet, como Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Según indica la revista estadounidense Foreign Policy, la administración Trump habría demostrado su preocupación por la opinión de Bachelet sobre Israel y el aborto, además de haber citado fotografías donde la ex mandataria aparecía junto a "Dictadores Latinoamericanos".
Aquellos esfuerzos quedaron documentados en un memorándum confidencial del 6 de septiembre, al que tuvo acceso la revista, y que la entonces embajadora de EE.UU. ante la ONU, Nikky Haley, le envió al secretario General de la ONU, Antonio Guterres. Ahí Haley explicaba la objeción de Estados Unidos e Israel al nombramiento de Bachelet y a la forma en que fue elegida.
En el texto, consigna el mismo medio, Haley se quejaba de que los cuestionamientos que Washington había levantado sobre las "habilidades políticas" de Bachelet para el puesto habían sido ignorados. A pesar que el documento no dice explícitamente que Estados Unidos pidió bloquear el nombramiento de Bachelet, si deja claro que Washington se opuso firmemente e intentó detener el proceso de contratación a toda costa, asegura la publicación.
La Misión de Estados Unidos ante las Naciones Unidas no quiso referirse al contenido del texto, pero un vocero de la delegación indicó a Foreign Policy que los reparos sobre el nombramiento de Bachelet no eran algo nuevo: "Nosotros expresamos adecuadamente nuestras preocupaciones sobre el proceso de nombramiento, como lo haría cualquier alto delegado en las Naciones Unidas, comunicándonos privada y directamente con la oficina del Secretario General".
Por otro lado, un vocero del Departamento de Estado afirmó al medio que "no debería sorprender que Estados Unidos cuestione las habilidades de los candidatos a cualquier posición importante en las Naciones Unidas. Todos los estados miembros de la ONU hacen lo mismo de acuerdo a sus intereses, y nadie debe disculparse por eso".
El medio antes citado recuerda que la campaña contra Bachelet se dio al mismo tiempo en que la administración Trump comenzó a volverse cada vez más hostil hacia las instituciones de derechos humanos de la ONU, a las que acusaba de tener un sesgo anti Israel y de preocuparse demasiado de los abusos a los derechos humanos en Estados Unidos.
Y, de hecho, Estados Unidos frecuentemente ha arremetido contra los anteriores altos comisionados de derechos humanos de la ONU, incluyendo al predecesor de Bachelet, Zeid bin Ra'ad al-Hussein, quien constantemente criticaba los ataques verbales de Donald Trump a los periodistas e inmigrantes.