Esta semana se conoció la muerte de Noa Pothoven, una adolescente de 17 años en la ciudad de La Haya, quien había preguntado en una clínica especializada —en diciembre pasado— sobre las posibilidades de solicitar la eutanasia.

Pothoven escribió una autobiografía titulada "Ganar o Aprender" en donde relató que fue víctima de abuso y violación cuando era más joven, lo que desencadenó que sufriera estrés postraumático, depresión y anorexia.

Si bien en un comienzo se informó que Holanda había permitido la eutanasia de la menor de edad, ésta nunca fue autorizada, según la BBC

"Piensan que soy muy joven. Creen que debo terminar el tratamiento psicológico y esperar a que mi cerebro esté completamente desarrollado. Eso no pasará hasta que tenga 21 años. Estoy destrozada porque no puedo esperar tanto. Revivo el miedo y el dolor a diario. Siento que mi cuerpo está aún sucio", escribió.

La periodista Naomi O'Leary confirmó que la joven solicitó la eutanasia, pero ésta fue rechazada. Sus padres incluso pensaron en la posibilidad de un tratamiento de electroshock, lo que también fue negado debido a la edad de la joven. 

Pothoven insistió en que no quería tratarse y decidió dejar de ingerir alimentos, por lo que sus médicos y padres acordaron no forzar su alimentación

Finalmente, la adolescente falleció en la cama de hospital que sus padres habían instalado en el living de su casa. 

 

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