La policía de Hong Kong comenzó este lunes a lanzar gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes favorables a la democracia, en una jornada marcada por el bloqueo del metro por parte de militantes.
La policía intenta desalojar a activistas radicales que bloquean una autopista urbana en el barrio popular de Wong Tai Sin.
La jefa del gobierno local afirmó este lunes que los manifestantes promueven una "situación muy peligrosa", en una nueva jornada de protestas que ha provocado un total caos en el transporte público y los vuelos internacionales.
Activistas ocuparon estaciones del metro subterráneo y mantuvieron abiertas las puertas de los trenes, impidiendo su circulación, en un escenario de incontables forcejeos, gritos y hasta improvisadas escenas de pugilato en los vehículos atestados de gente.
En varias partes de la ciudad los manifestantes también interrumpieron la circulación de vehículos, congestionando aún más el tránsito.
En tanto, en el aeropuerto de Hong Kong -uno de los más activos del mundo- más de 100 vuelos resultaron cancelados, mientras las autoridades aeroportuarias alertaron a los pasajeros sobre potenciales problemas adicionales.
Con miles de personas sin condiciones de llegar a sus trabajos ante la paralización de los transportes habituales, la jefa del gobierno, Carrie Lam, convocó una conferencia de prensa en que dejó en evidencia su disposición en endurecer aún más su posición.
"Yo diría que [los manifestantes] están tratando de derribar a Hong Kong, de destruir por completo la vida de más de siete millones de personas", dijo Lam a periodistas.
Para la funcionaria, la actitud intransigente de los "jóvenes radicalizados" estaba empujando a Hong Kong, un importante centro financiero, hacia una situación "muy peligrosa".
"Tan grandes acciones en nombre de ciertas demandas (..) han minado seriamente la ley y el orden de Hong Kong, y están empujando nuestra ciudad, una ciudad que todos amamos, al borde de una situación muy peligrosa", apuntó.
Lam dijo que "el gobierno será enérgico en la manutención de la ley del orden en Hong Kong para restaurar la confianza".
En una jornada caótica, algunos pasajeros expresaban su irritación en la situación aunque otros afirmaban que apoyaban la acción, luego de más de dos meses de protestas en favor de garantizar libertades democráticas.
"Mientras el gobierno no responda, es evidente que el movimiento [de protesta] aumentará", dijo a AFP un empleado público, que se identificó apenas como Leung, mientras trataba de conseguir un transporte hacia su trabajo.