En Venezuela, la MUD lleva meses esperando a que la máxima autoridad electoral valide las firmas a favor del referendo revocatorio. Hoy esperaba también que anunciara si anulará o no sus credenciales de partido político.

La Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la mayor coalición de partidos opositores de Venezuela, esperaba que el Consejo Nacional Electoral (CNE) hiciera pública este lunes la validación de las firmas consignadas el pasado 2 de mayo para solicitar la realización de un referendo revocatorio. El pronunciamiento de ese organismo es necesario para que la alianza antichavista pueda cumplir con el siguiente requisito: recoger 3,9 millones de rúbricas, equivalentes al 20% del padrón electoral e imprescindibles para convocar al plebiscito.

Pero la oposición también temía que este día le deparara malas noticias. Aunque la MUD asegura haber recaudado más firmas de las requeridas en la primera etapa para activar el referendo, representantes del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) le pidieron al CNE que le retiraran sus credenciales de partido político por haber cometido un fraude electoral. Se alega que entre las rúbricas a favor del plebiscito hay cientos de miles que no cumplen con uno o más criterios técnicos. La mayoría de los rectores del CNE están alineados con el oficialismo.

Abuso del Derecho

Si la MUD deja de ser reconocida como partido, sus diligencias para llamar al referendo revocatorio podrían quedar anuladas y el de Venezuela se convertiría virtualmente en un sistema de partido único. ¿Es exagerado prever estos escenarios? “Basta mirar lo que acaba de pasar en Nicaragua. Allá se suspendió la inscripción de la coalición de partidos opositores y, en consecuencia, todos sus representantes en el Parlamento perdieron sus escaños”, comenta Günther Maihold, de la Fundación Ciencia y Política (SWP), de Berlín.

“No se puede descartar que eso ocurra en Venezuela porque no hay instancia alguna fuera de ese país que pueda disuadir al presidente, Nicolás Maduro, de continuar recurriendo a los instrumentos clásicos de las autocracias legalistas para ganar tiempo, es decir, para evitar que el electorado revoque su mandato este año por la vía del plebiscito. El Ejecutivo y su entorno abusan del Derecho con miras a conservar el poder; apelando a procesos formalmente legales eliminan materialmente las prerrogativas de la oposición”, opina Maihold.

Riesgo real

“Lo que no se sabe, pero cabe intuir, es que esta moción mate la disposición al diálogo de la oposición, lleve a sus seguidores a la calle y atice enfrentamientos violentos entre oficialistas y antichavistas. Y es real el riesgo de que Maduro lleve su estrategia legalista hasta sus últimas consecuencias para propiciar una situación que le permita describir a la oposición en pleno como un colectivo de golpistas”, advierte el experto de Berlín. Stefan Peters, especialista en Ciencias Sociales de la Universidad de Kassel, secunda a Maihold parcialmente.

Aunque Peters no piensa que la anulación del registro de la MUD como partido político dé paso automáticamente al establecimiento de un sistema de partido único en Venezuela, sí cree que sería una decisión problemática, capaz de crear más tensiones sociales de las ya prevalentes en el país. “Por ejemplo: eso caldearía los ánimos de aquellos sectores de la oposición que tienen una relación ambivalente con la democracia. Yo temo que se registren episodios de violencia. Basta recordar los enfrentamientos de 2014 para saber lo frágil que es la paz social en Venezuela”, sostiene Peters.

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