El ataque de Estados Unidos a una base área de Siria y la guerra en ese país marcan la visita del secretario de Estado Rex Tillerson a Moscú.

Las relaciones entre ambas naciones se encuentran en el vértice de un punto de inflexión, tal como lo establecieron las declaraciones de Tillerson poco antes de arribar a la capital rusa.

"Esperamos que el Gobierno ruso determine que se han aliado con un socio no fiable como Bachar al Assad”, dijo el encargado de la política exterior norteamericana, en referencia a los vínculos con Irán y la milicia shiíta libanesa Hezbollah.

"El regimen está llegando a un fin", añadió.

En el fondo, un prístino "ellos o nosotros".

La semana pasada, luego que Donald Trump lanzará 59 misiles en territorio sirio, el gobierno ruso reconoció que aprovecharía la visita de Tillerson para pedirle explicaciones por la repentina acción militar.

Estados Unidos desea jugar un papel determinante en el final de la guerra en Siria y para eso trata de involucrar a los rusos.

Tillerson esperaba llegar a Moscú con un mayor respaldo, pero en la reunión de hoy del G7 en Italia no se acordaron posibles sanciones a Rusia y Siria por el ataque con armas químicas en la localidad de Khan Sheikhoun, que dejó 86 muertos.

Si bien medios locales se refirieron a una reunión programada para mañana miércoles entre el secretario y el presidente Vladimir Putin, el Washington Post informó que la cita no estaba resuelta aún.

"No puedo confirmarlo todavía", les dijo el vocero Dmitry Peskov.

De producirse o no el encuentro, está claro que la postura del mandatario ruso dista por ahora de sumarse a los planes estadounidenses.

Es más, mantiene su férrea defensa al régimen de Al Assad.

"Tenemos informaciones de varias fuentes que tales provocaciones -no puedo llamarlas de otra manera- están siendo preparadas en otras regiones de Siria, incluyendo las afueras de Damasco, donde están de nuevo planeando lanzar algún tipo de sustancia y acusar a las autoridades oficiales sirias de haberla utilizado", afirmó Putin.

Para él y su país, fueron los rebeldes sirios los que lanzaron el ataque con armas químicas de la semana pasada.

Incluso, hizo memoria de quién y cómo se consiguió el apoyo para la invasión a Irak en 2003.

En declaraciones recogidas por The Guardian, Putin comentó a la prensa hoy que "esto me recuerda a los eventos de 2003, cuando los enviados de Estados Unidos al Consejo de Seguridad decían que habían encontrado armas químicas en Irak (...) Ya hemos visto esto antes".

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