En los últimos 20 años, las actitudes de China hacia el sexo han experimentado una revolución; un proceso cuidadosamente observado, y a veces alentado, por la primera mujer sexóloga del país, Li Yinhe.

"Según una encuesta que hice en 1989, el 15,5% de la población tuvo sexo antes del matrimonio", dice Li Yinhe. "Pero en la encuesta que hice hace dos años, esta cifra aumentó hasta el 71%".

Y ese es tan sólo uno de los fugaces cambios que Li registró durante su carrera.

Ella misma utiliza la palabra "revolución", y es fácil entender por qué.

Actos "vandálicos"

Hasta 1997, tener relaciones sexuales antes del matrimonio era ilegal y podía ser procesado como "vandalismo".

Lo mismo sucedía con la pornografía, la prostitución y las fiestas de swingers (intercambio de pareja).

Las relaciones sexuales previas al matrimonio, la pornografía, la prostitución y las fiestas de intercambio de pareja fueron ilegales hasta 1997.

En 1996, el propietario de una casa de baños fue condenado a muerte por organizar prostitución, dijo Li en una conferencia en la Institución Brookings, en Wahsington, EE.UU., el año pasado.

Pero ahora se practica ampliamente. Y el mayor castigo, según Li, es que te cierren el negocio.
De igual manera, quienes publicaban pornografía también podían ser sentenciados a muerte en la década de 1980, así como quienes organizaban fiestas sexuales.

Ahora, el castigo por la publicación de pornografía es menos draconiano, y las fiestas de intercambio de pareja, aunque continúan siendo ilegales, son bastante habituales.

"Nadie informa sobre estas fiestas, así que (las autoridades) no se dan cuenta", dice Li.

Escribiendo sobre lo prohibido

Li asegura que la gente en China está experimentando "un cambio revolucionario en la mente y en el comportamiento".

Siendo una joven socióloga, Li pasó much tiempo en la década de 1980 estudiando en Pittsburg, EE.UU.

Cuando volvió a China, se encontró con un país que todavía vivía en el clima puritano establecido por el líder comunista Mao Zedong.

En los primeros años de gobierno comunista, escribir sobre amor era considerado burgués.

Comenzó a ser posible a finales de la década de 1950, dice Li, pero escribir sobre sexo estuvo prohibido hasta los años 80, e incluso entonces tan sólo los autores podían llegar tan lejos.

Grandes filas de adolescentes acuden a una firma de libros de la sexóloga.

El libro de Li, "La Subcultura de la Homosexualidad", publicado en 1998, sólo podían comprarlo aquellos que tuvieran cartas de invitación de sus empleados u ocuparan puestos de responsabilidad.

Y la postura oficial frente a su libro "La Subcultura del Sadomasoquismo", publicado casi al mismo tiempo, era aún más extrema.

"Me dijeron que quemara todas las copias. Pero para entonces ya habían sido vendidos 60.000 ejemplares. Así que la notificación de quema se quedó sin resolver", dice Li.

Su traducción de un libro sobre la bisexualidad fue rechazada por los editores chinos, y tuvo que ir más allá de la China continental y de Hong Kong, hasta dar con alguien que publicara su propio estudio sobre la polisexualidad.

Pero el partido comunista comenzó, cada vez más, a contemplar la sexualidad como un asunto privado, y Li obtuvo una libertad relativa en su investigación académica y en sus publicaciones.

"Li Yinhe se define como una académica de vanguardia que está introduciendo los estándares internacionales sobre la sexualidad. Y por eso sus colegas la toleran, así como el público en general y el propio gobierno", dice Haiqing Yu, coautor del libro "Sexo en China".

Repercusiones de la política de hijo único

La política de hijo único en China permitió la justificación del sexo por placer.

Uno de los primeros impulsos que fomentaron el cambio en las actitudes hacia el sexo, según Li, fue la política de hijo único del Partido Comunista, que se aplicó entre 1979 y 2015.

"La política de hijo único permitía a la gente tener tan sólo uno o dos hijos. Así que, a menos que dejaran de tener sexo después (de tener hijos), cambiaba el propósito de las relaciones sexuales", dice Li.

"Tener sexo por placer también quedaba justificado".

"La gente está experimentando un cambio revolucionario en su mente y en su comportamiento, y mi investigación es una de las primeras que habla sobre esa lucha", asegura.

"Cuando di una conferencia en Tianjin (al noreste de China), asistieron más de 1.000 personas. Creo que el deseo reprimido en los corazones de la gente ha salido hacia afuera".

El tabú de la homosexualidad

Aunque ha habido algunos avances, la transexualidad sigue siendo más aceptada que la homosexualidad.

Acusada por un bloguero de ser una lesbiana reprimida, Li respondió en diciembre de 2014 con una publicación en su blog en la que hablaba de su relación, desde hace 18 años, con un hombre transgénero.

Para su sorpresa, la reacción fue mayoritariamente positiva y la pareja fue fotografiada para la portada de People Weekly, una popular revista.

"Creo que encuentran la transexualidad más aceptable que la homosexualidad", dice Li.

"¿Por qué? Porque un transexual se define como un heterosexual atrapado en un cuerpo equivocado.

Pero la verdadera señal de tolerancia social es la actitud de la sociedad hacia la homosexualidad", explica la sexóloga.

Li Yinhe durante la Revolución Cultural, cuando hombres y mujeres vestían casi la misma ropa.

La homosexualidad no fue eliminada de la lista oficial de enfermedades mentales en China hasta el año 2001 y los derechos de los gays todavía son limitados.

El matrimonio entre personas del mismo sexo no es legal, no hay protección contra la discriminación de las personas homosexuales en el lugar de trabajo, y un documental con cámara oculta publicado el año pasado reveló que los médicos todavía ofrecen terapias de electrochoque para "curar" la homosexualidad (aunque un tribunal de Pekín se pronunció recientemente en contra de esta práctica).

Pero Li cree que los derechos de los gays también evolucionarán gradualmente.

Los hombres y mujeres homosexuales solían ser invisibles en la sociedad china, asegura, pero han salido a la superficie en los últimos años.

Un artículo positivo en el China Dailysobre la marcha del orgullo gay en Shanghái en 2011 fue un punto de inflexión, junto a otros medios oficiales que siguieron el ejemplo de ese periódico y comenzaron a mencionar a la comunidad LGTB (lesbiana, gay, bisexual y transgénero), dice Li.

Su obra "Addiction" (adicción), un drama sobre cuatro adolescentes homosexuales, tuvo gran éxito en iQiyi, la plataforma audiovisual en Internet por excelencia en China, hasta que fue eliminada hace algunos días sin explicación alguna, generando millones de mensajes de indignación en el sitio de microblogging Weibo.

La propia Lu envió varias propuestas al Parlamento chino pidiendo la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, algo que cree que pasará algún día, aunque es difícil predecir cuándo.

"La homosexualidad será más aceptada", dice.

"Focault (el filósofo francés) dijo una vez que no existe sociedad en el mundo donde el sexo sea absolutamente libre. Siempre hay restricciones. Pero yo creo que cuanta mayor libertad sexual ofrece una sociedad, más feliz es la gente".

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