La Comisión Nacional de Derechos Humanos de  Kenia (KNHRC) registró la muerte de 22 personas, incluidas 19 en Nairobi, la capital, así como "más de 300 heridos y más de 50 arrestos", dijo la presidenta de la organización, Roseline Odede.  Las muertes se produjeron en el marco de una protesta que tuvo lugar el martes (26.6.2024), cuando un grupo de manifestantes irrumpió  en el Parlamento por la fuerza por primera vez en la historia de Kenia. 

La periodista y activista Hanifa Adan, una de las líderes de la protesta, convocó nuevas manifestaciones pacíficas el jueves en memoria de las personas que murieron el martes.

"Mañana [jueves] marcharemos pacíficamente de nuevo vestidos de blanco, por todos nuestros caídos en la batalla ¡No les olvidaremos!!!", escribió en la red X.

Las manifestaciones, lideradas principalmente por jóvenes, empezaron la semana pasada de manera pacífica en Nairobi y otras ciudades para protestar contra los nuevos impuestos previstos en el presupuesto 2024-2025, que se está debatiendo en el Parlamento.

El martes, cuando los opositores se manifestaban de nuevo en Nairobi, la tensión aumentó repentinamente. Según varias oenegés, entre ellas Amnistía Internacional en Kenia, la Policía disparó para tratar de contener a la multitud, lo que llevó a la gente a forzar los controles de seguridad del parlamento y a entrar en el edificio.

Comunicado de Guterres

Durante la jornada, hubo saqueos e incendios de edificios en la capital y otras ciudadesEl Gobierno anunció el despliegue del Ejército. Por la noche, el presidente William Ruto se comprometió a reprimir firmemente "la violencia y la anarquía".

Por su parte, el secretario general de la ONUAntónio Guterres, pidió contención al Gobierno de Kenia en el manejo de las protestas. 

En un comunicado emitido por su portavoz, Stéphane Dujarric, Guterres dijo estar preocupado "por los informes de casos de detención arbitraria" y pidió respeto al "derecho a manifestación pacífica".

Además, dijo sentirse entristecido por las noticias sobre muertes y heridas recibidas por los manifestantes, incluidos periodistas y personal médico.

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