Una dramática situación enfrenta Susana Domínguez a sus 24 años. La joven española es la primera en su país en haberse cambiado de sexo pero arrepentirse de su decisión e intentar revertirla.
Cuando tenía 15 años, y luego de recibir ayuda sicológica y siquiátrica, la joven y los especialistas determinaron que lo que ocurría era que Susana era un chico en el cuerpo de una chica. Aquel año, la joven inició un tratamiento hormonal y posteriormente se operó e incluso se le extirpó el útero.
En una entrevista publicada por el medio El Mundo de España, Susana acusa que los especialistas no la guiaron bien en su atención, e incluso dijo que fueron los responsables de “arruinarle la vida”.
“’Llorabas y me manipulaste. Me manipulaste llorando, pero yo ya sabía que el cambio de sexo no iba a hacerte sentir mejor”, acusa la joven que le habría dicho el sicólogo cuando le contó que estaba arrepentida de su decisión.
“También fui a la primera psiquiatra, la que me remitió al psicólogo, dando por bueno que yo era trans. Ahora, años después, ella sólo dice: 'Ay, pero si tú estabas muy segura, estabas muy segura'. Yo tenía 15 años. ¿Cómo me dejaron hacer eso? ¿Cómo podía estar segura de lo que quería?”, relató.
Susana también acusa al Servicio Gallego de Salud de no haberle dado el apoyo sicológico necesario tras su operación y cambio de sexo, cuando decidió llamarse Sebastián, y asegura que la depresión que padece y el trastorno esquizoide la incapacitaron para tomar la decisión correcta.
También cuenta al medio citado que el trastorno del espectro autista que padece, aquellos profesionales nunca le advirtieron.
Un caso similar ocurrió en Inglaterra hace algunos años, y allá la justicia determinó, en 2020, que una joven que enfrentó un cambio de sexo a los 15 años no estaba preparada para tomar esa decisión a esa edad, por lo que recibió una indemnización.
“Todo fue por ver vídeos de YouTube, de gente que había cambiado de sexo y decía que su salud mental había mejorado”, expresó Susana Domínguez al medio.
El único camino ahora para la joven es tomar hormonas femeninas para intentar regresar a su sexo, pero el daño es irreversible.
El Servicio Gallego de Salud no se refirió en detalle al caso, y respondió a El Mundo solo que “se cumplieron todos los protocolos”.