Los Guardianes de la Revolución, el ejército ideológico del régimen islámico de Irán, reivindicó este lunes (21.11.2022) los ataques contra grupos de oposición kurdos iraníes en la región del Kurdistán, en el vecino Irak.
"Las bases de entrenamiento de grupos terroristas separatistas anti-iraníes (...) han sido blanco desde la mañana [del lunes] de una nueva serie de ataques con misiles y drones de la fuerza terrestre de los Guardianes de la Revolución", subrayó un comunicado.
Irán volvió a lanzar mortíferos ataques con misiles y aviones no tripulados durante la noche del lunes contra grupos de la oposición kurda iraní, a los que acusa de avivar los disturbios dentro de la república islámica.
Se informó de la muerte de un combatiente peshmerga kurdo en el montañoso norte de Irak, donde dos de los grupos dijeron que sus bases habían sido blanco de la última andanada de ataques aéreos de este tipo en los últimos meses.
Dos meses de protestas
Irán lleva más de dos meses de protestas provocadas por la muerte de la mujer kurda-iraní Mahsa Amini, de 22 años, tras su detención por infringir supuestamente el estricto código de vestimenta de las mujeres.
El Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) de Irán ha golpeado en repetidas ocasiones a grupos disidentes kurdos con sede en Irak, a los que califica de "grupos terroristas separatistas antiiraníes".
Uno de los grupos, el Partido Democrático del Kurdistán Iraní (PDKI), el partido kurdo más antiguo de Irán, dijo haber sido atacado con misiles y drones suicidas en Koya y Jejnikan, cerca de Arbil, la capital del Kurdistán iraquí. "Estos ataques indiscriminados se producen en un momento en que el régimen terrorista de Irán es incapaz de detener las manifestaciones en curso en el Kurdistán (iraní)", señaló la organización opositora.
Irak y gobierno del Kurdistán condenan ataques
El gobierno del Kurdistán iraquí autónomo condenó los ataques. A última hora del lunes, el gobierno federal de Irak emitió su propia denuncia en la que condenaba "enérgicamente" los ataques iraníes.
El Ministerio de Asuntos Exteriores dijo que Irak no debe ser "un campo de batalla ni una zona de ajuste de cuentas", ni una base para "perjudicar a los países vecinos".