El gobierno de Colombia, enfrentado a duras críticas de la comunidad internacional por la violenta represión de las protestas masivas de los últimos días, rechazó este viernes los "pronunciamientos externos" sin "objetividad" frente a la severa crisis social.
"Colombia seguirá siendo un país abierto al escrutinio internacional. Pero rechazaremos siempre los pronunciamientos externos que no reflejan objetividad, y que buscan alimentar la polarización e impedir la construcción de consensos en nuestra patria", indicó la Cancillería en un comunicado.
Miles de personas protestan en Colombia desde el 28 de abril contra las políticas del gobierno conservador. En algunas ciudades la fuerza pública ha reprimido violentamente a los manifestantes y ha habido choques que dejan al menos 26 muertos y más de 800 heridos.
La ONU, la Unión Europea, la OEA, organizaciones de derechos humanos y países como Estados Unidos denuncian el uso desproporcionado de la fuerza por parte de la policía de Colombia durante las manifestaciones, que han sido en su mayoría pacíficas.
"El derecho a la reunión y a la movilización ha sido afectado por vándalos y actores violentos. Estos han agredido a la ciudadanía y a la Fuerza Pública e impactado en algunas regiones, la seguridad alimentaria, la vacunación y salud, la movilidad, y otros derechos", alegó el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Este viernes el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, se sumó a los reclamos y condenó los casos de "tortura y asesinato cometidos por las fuerzas del orden" en Colombia.
De acuerdo al gobierno y la fiscalía, detrás de los desmanes están las disidencias de las FARC, que se apartaron del acuerdo de paz firmado en 2016, y el ELN, última guerrilla reconocida en Colombia.
Con la popularidad en caída (33%), el presidente Iván Duque ha enfrentado protestas masivas desde 2019, asediado por el descontento ahora atizado por la pandemia.
Sin un liderazgo definido, las movilizaciones reúnen a sindicatos, estudiantes, indígenas y otros sectores con múltiples reclamos, en un estallido de frustración y rabia por el deterioro de la economía a causa de la pandemia y el manejo que le ha dado el gobierno a la crisis.
Colombia vive además la peor arremetida de grupos armados desde la firma del histórico pacto de paz, con numerosas masacres, asesinatos selectivos y desplazamientos.