El gigante inmobiliario chino Evergrande está planificando lo que podría convertirse en la mayor reestructuración de la deuda en China y que reuniría todas sus obligaciones 'offshore', según informaciones de prensa.

Las dificultades de la empresa, con una deuda superior a 300.000 millones de dólares, han generado inquietud en los mercados y en el conjunto de la economía de China, con un cuarto de su riqueza procedente del sector inmobiliario.

Los periodos de gracia para reembolsar los intereses de dos bonos de 82,5 millones de dólares terminaban el lunes y, en caso de no haberlos devuelto, serían los primeros impagos del grupo que hasta ahora había evitado la quiebra.

En el marco de su reestructuración, Evergrande creó un "comité de gestión de crisis" formado por siete miembros (dos ejecutivos del grupo y cinco responsables de entidades estatales).

El comité se ha puesto en marcha "en vistas a los desafíos operacionales y financieros" que enfrenta Evergrande, según una comunicación a la bolsa de Hong Kong el lunes.

La creación de este órgano apunta a una mayor implicación del gobierno chino, que días atrás había convocado a los dirigentes de Evergrande después de que dijeran que podían quedarse sin fondos para cumplir con sus obligaciones.

El gobierno provincial de Cantón enviará un equipo de trabajo a la compañía, lo que los analistas de la firma Jefferies interpretan como "una posible toma del control de Evergrande".

Además, el medio económico Bloomberg News informó que Evergrande planeaba incluir las obligaciones de sus bonos 'offshore' públicos y privados en una reestructuración, citando a personas familiares con el caso.

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