Fue la década de El Imperio Contraataca y la canción de Michael Jackson, Beat It. Una época en que Madonna era un icono de la moda y la música.

Y si estuviera escuchándola en cintas de casete -hay una buena posibilidad de que fuera en el entonces revolucionario walkman- fabricado por la firma electrónica japonesa Sony.

Pero no todo el mundo era un fan de esta influencia asiática.

Libros como "Japón como número uno" llegaron entonces a la lista de los más vendidos, subrayando el antagonismo que muchos estadounidenses sentían por la entonces superpotencia asiática en ascenso.

Y el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, criticó a Japón por no abrir sus mercados lo suficiente para los productos estadounidenses.

"Vendemos un automóvil a Japón y nos hacen cosas que imposibilitan la venta de automóviles en Japón y, sin embargo, nos venden autos", es el tipo de retórica que se podría oír.

Excepto que esta última no es una cita de Reagan en 1982. Es Donald Trump en 2017.

¿Estamos retrocediendo a los años 80?

Autos y vacas

Es una pregunta pertinente, sobre todo porque el primer ministro japonés Abe, visita Estados Unidos para reunirse con el recién elegido presidente para un poco de golf y algo de conversaciones francas.

En su primera rueda de prensa juntos, en la Casa Blanca, Trump evitó repetir la duraretórica de la campaña, cuando acusaba a Japón de aprovecharse de la ayuda en seguridad de Washington y de robar puestos de trabajo a los estadounidenses.

En un comunicado conjunto, ambos gobernantes destacaron el compromiso de EE.UU. con la defensa de Japón ante las amenazas nucleares y militares en la región.

Pero la economía y el comercio siguen arrojando incertidumbre después de que Trump retirara a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por su sigla en inglés).

La moneda será un punto de conversación en el campo de golf. Al igual que en la década de 1980, el dólar estadounidense es más fuerte que el yen japonés, lo que hace que los productos japoneses sean más baratos para los consumidores estadounidenses.

Entonces, como ahora, las industrias que constituían los principales puntos de fricción eran el sector automotriz y la agricultura.

Los automóviles, las vacas y los cítricos llevaron a un creciente déficit comercial de Estados Unidos con Japón, que equivalía a casi una quinta parte del PIB de Estados Unidos en ese momento.

Hoy el déficit entre las dos naciones se ha reducido a la mitad, pero cuando los dos líderes se reúnan en los próximos días, son estos mismos tres temas los que probablemente estarán en el centro de sus conversaciones.

1.Sector automotriz

En la década de 1980, los fabricantes japoneses de automóviles construyeron fábricas en Estados Unidos para rechazar las críticas de que estaban haciendo "dumping" de sus productos en los mercados estadounidenses.

Como resultado, en estos días más de seis millones de automóviles japoneses se venden en EE.UU., con sólo alrededor de un millón de ellos fabricados en Japón.

Pero al parecer, eso no es suficiente.Toyota se convirtió en blanco de la rabia comercial de Trump recientemente por construir una planta de automóviles en México.

En respuesta, Toyota dijo que invertiría US$ 10.000 millones en EE.UU. durante los próximos cinco años.

Pero los analistas dicen que la retórica fuerte sobre los automóviles no terminará hasta que Tokio ofrezca algunas concesiones importantes en otros lugares, en particular en la agricultura.

2.Agricultura

Para proteger a sus agricultores, Japón coloca un arancel promedio de 14% sobre todos los productos agrícolas importados en el país. En comparación, Estados Unidos tiene un arancel mucho más bajo del 5%.

Si el recientemente sepultado acuerdo comercial transpacífico conocido como el TPP hubiese sido aprobado, muchos de los aranceles japoneses habrían sido eliminados.

Por ejemplo, los aranceles a la carne de res -la principal exportación agrícolas de Estados Unidos a Japón- habrían sido reducidos en un 74% en 16 años.

Trump efectivamente mató al TPP al retirar a EE.UU. del mismo. El mandatario argumentará que si Tokio quiere comerciar con Estados Unidos y vender sus autos a los consumidores estadounidenses, tendrá que recortar las tarifas arancelarias aún más agresivamente.

3.Moneda

Trump dice que Japón está utilizando la política monetaria para mantener el yen más débil contra el dólar, haciendo que sus mercancías resulten más baratas en EE.UU.

Tokio ha oído esto antes. En 1985, Japón firmó el Acuerdo del Plaza, un acuerdo que finalmente llevó a que el yen se apreciara en 46% contra el dólar.

Algunos economistas argumentan que esto provocó las "Décadas perdidas" de Japón, una era de bajos salarios y bajo crecimiento de la que Japón todavía está tratando de salir.

Tokio será cauteloso de cualquier acuerdo que lleve a un fortalecimiento en el valor del yen.

Esto es especialmente cierto en un momento en que cada tuit polémico del presidente Trump envía a los inversionistas a buscar un refugio seguro en el yen, lo que hace aún más difícil para Japón seguir su camino de recuperación impulsado por las exportaciones.

Lo que Tokio quiere

El primer ministro Abe se esforzará en destacarle al presidente Trump que Japón es hoy muy diferente al de los años ochenta y que Tokio no debería ser un blanco de su ira comercial.

Hay una cosa que, sin embargo, se ha mantenido prácticamente igual desde entonces, y esa es la dependencia de Japón frente a Estados Unidos.

Muchas de las concesiones comerciales que Tokio hizo en la década de 1980 para apaciguar a Estados Unidos se basaron en consideraciones geopolíticas. Japón quería mantener el apoyo militar y político de Estados Unidos en su patio trasero.

Lo mismo, hasta cierto punto, es cierto hoy en día.

El primer ministro Abe puede verse obligado a hacer algunas concesiones para que el nuevo presidente de Estados Unidos vea su punto de vista, incluso si existe la posibilidad de que el aparato empresarial japonés salga lastimado en el trato.

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