En Corea del Sur dice que se trata de un ejercicio de rutina, sin embargo, cuesta verlo de esa forma tomando en cuenta la escalada en el conflicto entre Estados Unidos y Corea del Norte en las últimas semanas, cuyo último capítulo fue el llamado que el lunes hizo Donald Trump al Consejo de Seguridad de la ONU de prepararse para imponer nuevas sanciones a Pyongyang.

Resulta que al puerto surcoreano de Busan acaba de llegar el submarino nuclear USS Michigan, equipada con 150 misiles capaces de atacar cualquier instalación nuclear norcoreana.

El episodio coincide con el 85° aniversario del ejército de Pyongyang, día en que se esperaba un nuevo ensayo nuclear por parte del regimen de Kim Jong-un.

El gobierno de Seúl asegura que se trata de una visita "de rutina", preparándose para las tradicionales actividades conjuntas que realizan en este época del año.

La versión norteamericana apunta en esa misma dirección. "El submarino dedicará la jornada a labores de aprovisionamiento y logística antes de unirse a las maniobras que el (portaaviones) Carl Vinson y la marina surcoreana tienen previsto realizar hacia final de semana en el Mar del Este (nombre que se la da en Corea al Mar de Japón)", como dijo un portavoz estadounidense de Defensa en Seúl.

El portaviones nuclear enviado por Washington debería llegar a fines de esta semana.

Mientras tanto, en Corea del Norte festejaban a sus fuerzas armadas con un ejercicio "masivo" de disparos de armas convencionales, que la agencia surcoreana Yonhap calificó como "su mayor práctica de disparos" de este tipo conocida hasta ahora.

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