Por Robyn BECK con Ramón SAHMKOW en Washington

AFP

Los aspirantes del Partido Republicano a las presidenciales de 2016 colocaron la guerra contra el "radicalismo islámico" y el alegato antimusulmán de Donald Trump en el centro del quinto debate previo a las primarias, realizado este martes en Las Vegas.

"Estados Unidos está en guerra. Nuestro enemigo (...) es el terrorismo radical islámico", dijo el senador ultraconservador de origen cubano Ted Cruz, segundo en las encuestas.

"Nuestra libertad está bajo ataque", afirmó Jeb Bush.

"El país está fuera de control", expresó el magnate Donald Trump, que cuenta con el mejor posicionamiento en la contienda luego de su alegato de cerrar temporalmente la frontera de Estados Unidos a los musulmanes.

A siete semanas del inicio de las primarias, los nueve precandidatos republicanos mejor ubicados para lograr la investidura de 2016 protagonizaron un debate en el hotel The Venetian de Las Vegas (oeste de EEUU), que estuvo dominado por las consecuencias de los mortales atentados en París y San Bernardino.

Uno a uno, los aspirantes enumeraron con gravedad las amenazas yihadistas, prometiendo una mayor determinación ante la supuesta debilidad del presidente Barack Obama para defender al país.

El tono discordante sobre el tema provino del senador Rand Paul, representante del ala libertaria del partido republicano. "Si prohibimos ciertas religiones, si censuramos internet, los terroristas habrán ganado", explicó.

Pero todos hicieron causa común en atacar el gobierno del presidente Barack Obama, a quien acusan de ceder a lo "políticamente correcto" que -estimaron- habría debilitado las defensas estadounidenses, por ejemplo, al aceptar refugiados sirios.

"Hemos sido traicionados por el liderazgo de Barack Obama y Hillary Clinton", la exsecretaria de Estado que lidera la interna del Partido Demócrata, dijo el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie.

¿Bloquear Internet? 

El debate recayó sobre las fallas de los servicios de inteligencia en identificar a la pareja estadounidense-pakistaní que mató a 14 personas en San Bernardino, California, y antes que ellos a los hermanos Tsarnaev, autores de los atentados del maratón de Boston en 2013.

Los republicanos denunciaron al gobierno de Obama por presuntamente no haber penetrado las comunicaciones de los atacantes en las redes sociales.

"Cada padre en Estados Unidos revisa las redes sociales y los empleadores también, ¿pero el gobierno no puede hacerlo?", se preguntó la expresidenta de Hewlett Packard, que alardeó de haber colaborado con la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), cuando comandaba el gigante de la informática.

Donald Trump argumentó que bloquearía el acceso a internet en zonas de Irak y Siria controladas por el grupo yihadista Estado Islámico. "El Estado Islámico usa el internet mejor que nosotros", lamentó. "Me hablan de libertad de expresión; yo no quiero que ellos usen nuestra internet", añadió.

Mientras tanto, el esperado enfrentamiento entre los dos punteros -Donald Trump (una media de 33%) y Ted Cruz (16%)- no tuvo lugar.

"Entiendo porque Donald hizo su propuesta" sobre los musulmanes, dijo Cruz cuidándose de atacar al hombre de negocios. "Detendremos los ataques terroristas antes de que ocurran porque no seremos políticamente correctos", afirmó.

Los dardos más envenenados contra el favorito vinieron, nuevamente, de Jeb Bush.

"Donald, no vas a ganar la presidencia a punta de insultos", dijo el exgobernador de Florida.

El senador Marco Rubio, hijo de inmigrantes cubanos, reclamó a Cruz haber apoyado una prohibición a la recolección de metadatos telefónicos por la NSA, y también por el tema de la inmigración ilegal, punto caliente en la contienda republicana.

Rubio dijo estar "abierto" a que los indocumentados, luego de años de estatus temporal "obtengan una green card", lo que abriría la puerta a lograr eventualmente la ciudadanía.

"Nunca he apoyado la legalización", refutó Cruz.

Trump no sobresalió en el duelo verbal de Las Vegas, como ocurrió en los anteriores debates. Pero ello no le impidió mantener una cómoda ventaja sobre sus contrincantes.

Su populismo anti-inmigrante y anti-musulmán ha tocado una fibra sensible entre los conservadores. Un 59% de los electores republicanos aplaudieron su idea de cerrar la frontera a los musulmanes, según una encuesta del Washington Post/ABC.

"Tocó una nota sensible", señaló con aprobación el exgobernador Mike Huckabee más temprano durante el debate previo entre los cuatro candidatos republicanos peor posicionados en la carrera por la investidura.

Pero el exgobernador de Nueva York, George Pataki, rechazó la idea completamente: es "anti estadounidense, anticonstitucional e incorrecto".

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