España suprimió el viernes un premio anual de tauromaquia, lo que provocó el rechazo de los conservadores por las críticas a una tradición centenaria que consideran una forma de arte, pero que se ha topado con una creciente preocupación por el bienestar de los animales.
Las corridas de toros al estilo español, en las que el animal suele acabar muerto por una estocada de un matador vestido de gala, son para sus partidarios una tradición cultural que hay que preservar, mientras que los críticos las califican de ritual cruel que no tiene cabida en la sociedad moderna.
El Ministerio de Cultura basó su decisión de suprimir el premio en la "nueva realidad social y cultural de España", donde ha aumentado la preocupación por el bienestar de los animales y ha disminuido la asistencia a la mayoría de las plazas de toros.
"Yo creo que hay una mayoría de españoles, estoy firmemente convencido, que cada vez se preocupan cada vez más por el bienestar animal y que no comparten el maltrato animal (...) que cada vez entienden menos que se practique la tortura animal en nuestro país", dijo el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, en un video publicado en la red social X.
"Lo que creo que entienden aún menos es que esas formas de tortura animal sean premiadas con medallas, que más encima van asociadas a premios dinerarios, que, por lo tanto, se les dedica dinero público", agregó.
El premio nacional consiste en un cheque del Gobierno de 30.000 euros (32.217 dólares) y se ha concedido a toreros famosos como Julián López, conocido como "El Juli", o a asociaciones culturales relacionadas con la tradición taurina.
Recientemente se ha convertido en un tema definitorio en las guerras culturales de España, enfrentando a partidos de izquierda como Sumar, al que pertenece Urtasun, con los conservadores de derecha que apoyan la tradición.
Borja Semper, portavoz del opositor Partido Popular, declaró a la prensa que la medida del Gobierno demostraba que "no cree en la diversidad cultural ni en la libertad", y que su partido reinstauraría el premio cuando recupere el poder.
El líder del PP en la región de Aragón, Jorge Azcón, dijo que introduciría otro premio. "La tradición debe ser algo que nos una en lugar de dividirnos", afirmó.
La oposición a las corridas de toros también ha crecido en Latinoamérica, donde la tradición se exportó en el siglo XVI, y en el sur de Francia, donde se extendió en el siglo XIX.