Joel Bueno derramó lágrimas de alegría cuando sus invitados de cuatro patas entraron en la unidad de cuidados intensivos (UCI) donde había sido ingresado debido a un coágulo de sangre.
Bueno, de 34 años, dijo que las muestras de afecto de Vida y Lu, los perros de terapia, le recordaban a su propio perro.
"Te gusta que tengas un ser que siente por ti más que por nada en el mundo", dijo a Reuters con una amplia sonrisa. "Dan todo por ti, da igual cómo tú te portes con ellos".
La visita formaba parte de un ensayo puesto en marcha por el Hospital del Mar de Barcelona y la Fundación Affinity, especializada en terapia con mascotas, para mejorar el bienestar emocional de los pacientes de las UCI.
Los pacientes del programa reciben dos visitas semanales de 15 a 20 minutos cada una.
"Por el momento es una percepción. Nos parece que sí que les beneficia, pero por eso estamos llevando a cabo un estudio", afirma Lucía Picazo, médico de la UCI.
El proyecto analizará muestras de saliva recogidas de los pacientes antes y después de una sesión de terapia, para comprobar si disminuyen indicadores de estrés como el cortisol y aumentan los relacionados con el bienestar, como la oxitocina y la serotonina, explicó.
Los pacientes no son los únicos que se benefician del proyecto: muchos miembros del personal de la sala de urgencias también disfrutan teniendo a los canes cerca y establecen vínculos con ellos, afirma Maribel Vida, quien dirige los proyectos de terapia con animales de Affinity.
Bueno no duda de los beneficios del ensayo. La mera noticia de que algunos perros podrían visitarlo supuso una inyección de moral inmediata, afirma.
(Reporte de Guillermo Martínez; escrito por Pietro Lombardi; edición de Aislinn Laing y Frances Kerry; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)