La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó este martes con una abrumadora mayoría un proyecto de ley que contempla nuevas sanciones contra Rusia, Irán y Corea del Norte.
Un total de 419 diputados votaron a favor y sólo tres en contra del texto, que ahora deberá se votado en el Senado, la segunda Cámara del Congreso estadounidense. Si es aprobado, deberá ser firmado por el presidente, Donald Trump, para poder entrar en vigor.
El texto fue acordado la semana pasada por los líderes de las dos Cámaras, por lo que se espera que en el Senado también obtenga el respaldo de una gran mayoría, superior también a los dos tercios, un apoyo lo suficientemente amplio como para invalidar cualquier veto que Trump pudiera decidir imponer sobre la legislación.
"Esta fuerte supervisión es necesaria. Es apropiado. Después de todo, es al Congreso a quien la Constitución autoriza para regular el comercio con las naciones extranjeras", dijo el presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara Baja, el republicano Ed Royce.
El paquete de medidas prevé que sean puntualmente ampliadas las ya existentes sanciones contra Moscú, aplicadas por la anexión rusa de Crimea y el apoyo a los secesionistas en el este de Ucrania así como por la posible injerencia del Kremlin en las elecciones presidenciales de Estados Unidos el año pasado.
En el caso de Irán, las sanciones están pensadas como una medida de presión por el programa balístico del país persa y, en el caso de Corea del Norte, por los ensayos con misiles que lleva a cabo el gobierno de Pyongyang.
A este respecto, un reportaje publicado hoy en el Washington Post alertaba de que su programa armamentístico para conseguir un misil intercontinental capaz de portar cabezas nucleares avanza más rápido de lo creído hasta ahora.
El rotativo cita a oficiales de seguridad estadounidenses según los cuales Corea del Norte podría pasar de la construcción de prototipos a la línea de producción de misiles efectivos con capacidad nuclear en algún momento del año próximo.
El proyecto de ley impone límites al presidente en lo que se refiere a la posibilidad de levantar las sanciones a Rusia.
En concreto, deberá justificar en un informe al Congreso las razones por las que considera que levantar las medidas de presión puede resultar provechoso para la seguridad nacional. La Casa Blanca expresó sus reservas a esta limitación.
El opositor Partido Demócrata, pero también algunos políticos republicanos, consideran que Trump tiene lazos demasiado estrechos con Rusia.