A 12 se elevó el martes la cifra de víctimas mortales del gigantesco alud que el domingo por la noche asoló parte de Alausí, una población de los Andes de Ecuador, según el último balance del desastre publicado por la Secretaría General de Riesgos (SGR).
Los fallecidos son cinco más que en la jornada del lunes y cuatro de ellos corresponden a cadáveres que en el transcurso del día pudieron ser recuperados de la gran masa de tierra desparramada sobre la urbe, tras sumarse a las tareas de rescate una excavadora.
El otro fenecido es un joven que había sido rescatado el lunes y que murió en un hospital de la vecina provincia de Cañar.
Con corte a las 17.00 hora local (22.00 GMT) se registraban también 67 desaparecidos y 31 heridos, mientras que 32 personas pudieron ser rescatadas con vida en los instantes posteriores al desastre.
Como damnificados hay 116 personas correspondientes a 30 familias que se encuentran alojadas en albergues temporales habilitados en este municipio de la andina provincia de Chimborazo, mientras que el número de que afectados ascienden a unas 500.
También hay 163 viviendas afectadas y el número de inmuebles destruidos está en evaluación, pues muchos quedaron bajo miles de toneladas de tierra, después que a montaña se fuese abajo.
La emergencia ha movilizado a numerosas brigadas de bomberos de diversas partes del país y a equipos de rescate especializados en estas situaciones, a los que se han sumado un contingente de militares y vecinos y voluntarios con picos y palas.
Si bien a cada hora que pasa descienden drásticamente las posibilidades de encontrar a personas con vida, la magnitud del corrimiento de tierra impide a los rescatistas ubicar con celeridad a las personas que se piensa siguen sepultadas.
La posibilidad del gran corrimiento de tierra ya había sido advertida y avisada a autoridades en diciembre pasado por los habitantes de Alausí, cuando se habían detectado varias grietas en el cerro que, con el paso de las semanas, superaron el metro de anchura.
La Secretaría Nacional de Riesgos asegura haber cursado el 11 de marzo al gobernador (delegado del Gobierno) de la provincia de Chimborazo y al alcalde de Alausí un informe técnico que recomendaba y pedía la evacuación de la población, entre otras medidas.