La economía japonesa se contrajo 0,8% en el tercer trimestre del año, más que las expectativas del mercado, por un brote de covid-19 que frenó la demanda interna, según datos preliminares divulgados el lunes por el gobierno.
La contracción superó el pronóstico de una caída de 0,2%, y reflejó la fuerte baja en el consumo durante un estado de emergencia impuesto durante el verano boreal por una ola de contagios de covid-19.
La baja del PIB en el período de julio a septiembre se explica también por un declive en las inversiones no residenciales de las empresas privadas, según los datos oficiales.
La industria japonesa sufrió durante el período la escasez mundial de semiconductores y otros componentes, que llevaron a las exportaciones del país a una baja de 2,1%, la primera caída en más de un año.
El nuevo primer ministro japonés, Fumio Kishida, ha dicho que la recuperación económica es una de sus prioridades.