En el campamento de refugiados de Calais, en el norte de Francia, se produjeron disturbios durante la noche del sábado en medio de las tensiones por el desmantelamiento del lugar, previsto para este lunes. Un grupo de personas lanzó piedras a la policía, que respondió con gas lacrimógeno, informó la emisora BFMTV.
El Gobierno francés, que se había comprometido a acabar con este campamento antes de finales de año, empezará mañana el traslado de los inmigrantes a los 450 centros provisionales repartidos por todo el país. Una labor delicada, porque buena parte de los más de 6.000 extranjeros que desde hace meses pueblan la "jungla" tienen como principal objetivo cruzar el Canal de la Mancha en busca de un futuro mejor en el Reino Unido.
Algunas asociaciones que trabajan en el lugar creen que desmantelar la "jungla" solo servirá para empeorar su situación, porque en el campamento encontraban al menos un mínimo de servicios, como agua corriente y comida, que ya no tendrán tan fácil. Human Rights Watch (HRW) había ya alertado el viernes de las consecuencias del desmantelamiento para los menores y exigió a Francia y el Reino Unido que les encuentre un refugio seguro antes de la evacuación.
"No vamos a usar medios coercitivos"
El Gobierno ha desplegado un importante destacamento policial para afrontar esos disturbios, que anoche fueron suprimidos con gases lacrimógenos. El portavoz del ministerio del Interior, Pierre-Henry Brandet, aseguró que no tienen intención de forzar a nadie, sino de convencer a los inmigrantes de que se acojan a las opciones que les ofrece Francia.
"No vamos a usar medios coercitivos. Estamos tratando de convencerles de que la frontera con el Reino Unido está totalmente cerrada, son muy pocos los que logran pasar. Les decimos que tienen que desconfiar de los mafiosos que les prometen un paso a cambio de dinero", aseguró.
Tres grupos
Los inmigrantes serán repartidos en tres grupos: los menores aislados, las familias y los adultos, el más mayoritario.
El primero de esos colectivos será objeto de una atención especial, pues en virtud de los acuerdos firmados entre Francia y el Reino Unido, este segundo país se comprometió a acogerles en caso de que se demuestre que tienen familiares allí. Casi dos centenares han cruzado ya al otro lado del Canal de la Mancha en esta última semana, según las organizaciones humanitarias.
Las familias, pocas en Calais, también recibirán un trato especial puesto que su tiempo de espera será mayor que el de los adultos aislados, el colectivo más importante de la "jungla".
A medida que vayan llegando al centro de gestión, se les clasificará en una de esas categorías y se les propondrá ir a dos regiones diferentes de Francia. Así se irán llenando autobuses que partirán por los centros de acogida, donde serán atendidos a la espera de que se resuelvan sus demandas de asilo. En el primer día, el que se espera una mayor actividad, se han previsto que se llenen 60 autobuses con 50 plazas cada uno. En los sucesivos, el tránsito será más limitado.
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