AFP
El cubano Elián González, quien a sus cinco años simbolizó la polarización de las relaciones entre Washington y La Habana, dice en una entrevista transmitida el jueves por el canal CNN que quiere reconciliarse con sus familiares en Miami.
"Nos hemos separado por leyes, por el bloqueo, por el mar. No tenemos que seguir separándonos como familia", dice el ex "balserito", ahora de 23 años, licenciado en ingeniería industrial y miembro de la Unión de Jóvenes Comunistas.
Su historia comenzó en noviembre de 1999, cuando la madre de Elián, Elizabeth Brotons, salió hacia Estados Unidos en una precaria embarcación que naufragó.
Elián, el único sobreviviente, fue rescatado por dos pescadores y llevado a Miami.
Así comenzó la mediática disputa legal por su custodia que enfrentó a su prima Marisleysis González en Miami y su padre Juan Miguel en La Habana.
El conflicto se convirtió en un asunto nacional en Cuba y, tras su retorno a la isla en junio del año 2000, el "balserito" suele estar presente en los grandes eventos de la revolución, algo que desata críticas de los opositores al gobierno comunista porque lo acusan de haberlo indoctrinado.
La entrevista con el corresponsal Patrick Oppmann en Cárdenas, al este de La Habana, fue difundida horas antes de la transmisión, el jueves por la noche, del documental titulado "Elián" y coproducido por CNN Films.
"Yo no profeso ninguna religión", dice González en el film. "Pero de hacerlo por supuesto que mi religión sería Fidel".
La película se estrenó en abril en el festival de cine de Tribeca en Nueva York y desde mayo se ha proyectado en algunos cines de Estados Unidos.
En ella, los directores Tim Golden y Ross McDonnell hacen un recuento de los hechos, desde la llegada de Elián a Miami hasta su violenta recuperación por parte de las autoridades estadounidenses y su emotivo reencuentro con el padre.
En la entrevista promocional, el joven dice que, de haberse quedado en Miami, "habría sido la imagen insignia de ese grupo de cubanos que trata de destruir la revolución. Me hubiesen utilizado para eso".
Pero su caso "demostró tanto a los familiares en Cuba como a los familiares en Estados Unidos que no tenemos que mezclar la política ni el dinero con la familia, que más allá de nuestra ideología, está la familia", señala el joven.
Lo secunda su padre, Juan Miguel González, quien dice que tiene "las mejores intenciones" de perdonar a los familiares en Miami, y "que se pueda seguir una relación como la hubo siempre de parte de las dos familias, ellos con sus ideales, nosotros con los de nosotros".