Hasta 2.800 bomberos se movilizaron este domingo en Portugal para controlar tres incendios forestales que arrasan desde hace varios días zonas del centro y del norte del país lo que llevó al gobierno a declarar "estado de contingencia" debido a las altas temperaturas.
"El fuego llegó a 50 metros de la última casa del pueblo, allá arriba se quemó todo", contó a la AFP Donzilia Marques, señalando las colinas ubicadas entre su localidad, Travessa de Almogadel, y de la aldea de Freixianda, en la comuna de Ourém, en el centro del país.
La mujer, de 76 años, fue evacuada, pero pudo volver a su vivienda y constató que ninguna casa se había quemado.
El incendio habría arrasado al menos 1.500 hectáreas, según un primer balance de los servicios de emergencia.
Otro fuego declarado el viernes arrasa una zona cercana, en la comuna de Pombal, y tiene movilizados a unos 450 bomberos.
En tanto, el jueves comenzó a arder una zona en torno a Carrazeda de Ansiães, en el noreste del país.
El gobierno portugués elevó en un escalón el nivel de alerta decretando el "estado de contingencia" y pidió a la Unión Europea que active el mecanismo común, con lo que fueron movilizados dos aviones cisternas desde España.
Los incendios de los últimos días han dejado unos 40 heridos leves entre los bomberos y la población, pero la mayoría de las víctimas ha sido atendida por síntomas de intoxicación o agotamiento, según un informe facilitado el domingo por el comandante nacional de protección civil, André Fernandes.
El ministro del Interior, José Luis Carneiro, señaló que las temperaturas pueden llegar a los 45 grados y afirmó que Portugal se enfrenta a la "peor combinación de factores" desde los incendios que azotaron el país entre junio y octubre de 2017, que dejaron un centenar de muertos.