Un silencio incómodo se sintió en la noche del jueves tras la intervención de los allegados al venezolano Leopoldo López en una plaza caraqueña después de que se conoció la condena por más de 13 años al político opositor.
De repente, una mujer gritó: "¿Y ahora qué hacemos?".

Ni los activistas opositores ni la familia de López supieron o quisieron responder: el silencio se prolongó.

Después de que uno de sus símbolos más importantes sufre un revés judicial, la oposición venezolana se enfrenta a un dilema: ¿protestamos o votamos?

López es uno de los símbolos de la oposición en Venezuela.

En ambos escenarios, el gobierno de Nicolás Maduro tiene ventajas: maneja las fuerzas de seguridad del Estado, controla la mayoría de los medios de comunicación y posee una eficiente maquinaria electoral.

El 6 de diciembre están pautadas unas elecciones parlamentarias que muchos en la oposición ven como el último recurso democrático para generar un cambio en el país, afectado por una profunda crisis económica y de inseguridad.

El oficialismo, a pesar de que se encuentra 20 puntos por debajo de la oposición en encuestas de intención de voto, dice que va a ganar la elecciones con el objetivo de continuar el para ellos "exitoso" legado social y político del fallecido Hugo Chávez.

Maduro está concentrado en una política para "liberar a Venezuela del paramilitarismo", que según él entra al país por la frontera con Colombia y genera el caos de violencia y escasez que viven cada día los venezolanos.

Después de numerosas protestas, para muchos las elecciones son el último recurso democrático.

Mientras tanto, la oposición tendrá que jugar ajedrez en un tablero que es, en principio, desigual.

Por qué lo condenan

López fue declarado culpable de todos los cargos: instigación pública, daños a la propiedad, incendio intencional y asociación para delinquir.

Por todo ello, fue condenado a 13 años y 9 meses en la cárcel militar de Ramo Verde, a las afueras de Caracas.

Según la justicia, López actuó como autor intelectual de las muertes y los daños ocurridos el 12 de febrero en Caracas, en la primera de varias marchas masivas a lo largo del país que pedían la renuncia de Maduro.

Jesús Torrealba es el jefe de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática.

Las protestas, que se prolongaron por tres meses, según el recuento del gobierno dejaron un saldo de 43 muertos, más de 1.000 heridos y casi 4.000 detenidos.

López dice que promovió una protesta pacífica en el marco de la Constitución y que lo condenan sin pruebas simplemente por ser un factor de disidencia.

La defensa informó que apelará en los 10 días que tiene de plazo y que, si eso no funciona, presentará un recurso legal ante el Tribunal Supremo de Justicia.

López y la oposición

Exalcalde del municipio caraqueño de Chacao, López –que tiene 44 años– es una de las figuras más importantes de la oposición, no solo por su carisma, preparación y contundencia, sino porque desde que está arrestado se ha convertido en lo que algunos llaman "un mártir de la democracia".

Al tiempo, López se ha caracterizado por ser un opositor radical para el que la única forma de resolver los problemas del país es, en sus palabras, "saliendo de este gobierno".

Desde 2008, la oposición ha acudido a los procesos electorales en coalición con la llamada Mesa de la Unidad (MUD). En dos ocasiones, en 2012 y 2013, el candidato presidencial ha sido el gobernador de Miranda, Henrique Capriles.

Pero con la remontada de su popularidad en los últimos dos años, López se volvió un factor de división dentro de la oposición, porque hay otra corriente según la cual el cambio debe tener en cuenta al chavismo.

Esa divergencia de estrategias se mantiene en la oposición venezolana, que deberá llegar unida a las elecciones parlamentarias para ganar.

"Gran parte del futuro de la oposición va a depender de la posición del propio López para sostener o no la unidad", le dice a BBC Mundo Luis Vicente León, encuestador y analista político venezolano.

Precisamente el viernes la esposa de López, Lilian Tintori, leyó una carta en la que el líder opositor pedía a sus partidarios no "dejarse derrumbar anímicamente" por la condena.

López en su carta convocó una marcha para el sábado 19 de septiembre e iniciar el camino hacia las elecciones.

"Ese día, con irreverencia, con revive democrático, salgamos con toda nuestra fuerza a votar", escribió Lopez.

Esa parece ser la dirección de toda la MUD: "La única rebelión posible para nosotros es la rebelión electoral", le dijo a BBC Mundo el jefe de la coalición opositora, Jesús Torrealba.

Los retos de la oposición

Varios analistas señalan que ésta y otras recientes medidas del gobierno –como el cierre de la frontera con Colombia y la inhabilitación de varios candidatos opositores– buscan, entre otras cosas, promover la desesperanza y la abstención entre los potenciales votantes opositores, que pueden llegar a sentir que los poderes del Estado están al servicio del Ejecutivo.

Leopoldo López y su esposa, Lilian Tintori, en la marcha tras la que el líder opositor se entregó al gobierno, hace 19 meses.

Sobre esto, Torrealba dice: "Vamos a votar no porque confiamos en el ente electoral, sino a pesar del ente electoral, porque tenemos una mayoría tan amplia que el cambio es inevitable".

La oposición también cuenta con ventajas más allá de la mayoría que proyectan las encuestas.

Por un lado, con la condena, López pasa a aparecer aún más como un mártir.

Luis Vicente León recuerda a Pedro de Braganza, rey de Portugal y Brasil, quien dijo: "Nunca martirices a tus enemigos porque siempre regresan, vivos o muertos y te destruirán".

En ese sentido, dice el analista, "López puede más bien unificar a toda la oposición y canalizar su energía hacia el evento electoral".

"No hay nada más motivante que una elección donde ese líder mártir llama a ser liberado a través del voto", concluye León.

¿Será la condena a López un golpe o un impulso para la oposición?

Con un limitado acceso a los medios de comunicación y sin tantos recursos para hacer campaña, el reto de la oposición venezolana es convencer a la mayoría de los venezolanos de que el gobierno no es invencible en las urnas.

La condena de López, más que un golpe a la oposición, puede llegar a ser su As bajo la manga.

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