La evacuación organizada del campo de inmigrantes de Calais, el mayor de Francia, comenzó el lunes a las 08.00 horas con largas colas frente al centro de gestión abierto por las autoridades galas.

Provistos de maletas y de todos los enseres que poseen, numerosos inmigrantes, la mayor parte afganos, eritreos y sudaneses, comenzaron a llegar al lugar desde la madrugada, para ser trasladados a uno de los 450 centros de acogida que el Gobierno francés ha abierto en el territorio.

"Es un día muy importante. El Estado está haciendo un esfuerzo considerable”, dijo Pierre-Henry Brandet, un portavoz del Ministerio del Interior francés.

Símbolo de fracaso

Desde finales de la década de 1990, miles de migrantes han llegado a la ciudad portuaria de Calais para intentar cruzar el Canal de la Mancha. Los campamentos que desde entonces se han ido formando en distintas partes de la urbe se han convertido en un símbolo del fracaso de las políticas migratorias europeas.

Conocido como "La Jungla”, el campamento cuyo desmantelamiento definitivo comenzó esta mañana es el más importante de los muchos que se han existido en la localidad francesa. Desde que a principios de año un tribunal de Lille encomendara a las autoridades locales desalojar la parte sur de "La Jungla”, los enfrentamientos entre la policía y los migrantes que aguardan allí su oportunidad de cruzar a Gran Bretaña han sido constantes desde el 29 de febrero. Ese día, la policía tuvo que lanzar gas lacrimógeno para que los migrantes permitieran trabajar a los operarios que, con sus bulldozer, trataban de derruir las precarias construcciones erigidas en el campamento por los refugiados.

Unos días después, el por entonces todavía primer ministro británico David Cameron y el presidente de Francia, François Hollande, se reunieron y acordaron que reunirían a los menores de edad que estaban tratando de cruzar el Canal con sus familias en Gran Bretaña.

Ya en agosto, otro tribunal francés ordenó el cierre de 72 tiendas y restaurantes que estaban funcionando dentro del asentamiento. Un mes después, y tras las visitas del expresidente Sarkozy y del propio Hollande a la ciudad –ninguno de ellos visitó el campamento-, las autoridades decidieron la demolición y cierre definitivo de "La Jungla”.

Enfrentamientos aislados

Durante la noche previa a la operación, algunos migrantes trataron de llegar a una autopista cercana pero fueron devueltos al campamento por la policía, explicó un portavoz de la prefectura de Pas de Calais. Según oficiales y distintas ONG, entre 6.500 y 8.000 acampaban hasta el lunes en "La Jungla” a la espera de su oportunidad de llegar a Gran Bretaña.

Los reporteros que cubren la operación de las autoridades francesas confirmaron la disposición de aproximadamente 60 autobuses destinados a desplazar a los migrantes que voluntariamente deseaban abandonar el campamento. Cerca de 1.250 policías participan en el desalojo.

La mayoría de los centros a los que serán enviados los inmigrantes están en el sur de Francia, muy lejos de su objetivo, que es en su mayoría cruzar al Reino Unido. El campamento se formó en Calais por su cercanía al país vecino, al que los migrantes querían cruzar en camiones, ferries o a través de las vías que atraviesan el Canal de la Mancha.

En las últimas semanas, funcionarios del Estado y trabajadores humanitarios realizaron una campaña de información para persuadirles de que debían acogerse a este dispositivo antes que perseverar en su intención de permanecer en Calais, el punto más cercano al Reino Unido, el destino soñado por la mayoría de ellos.

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