China endureció este domingo sus medidas y restricciones para detener la epidemia de neumonía viral que ha causado ya 56 muertos y casi 2.000 contagios, mientras Estados Unidos y Francia se preparan a evacuar a sus ciudadanos de Wuhan, ciudad epicentro de la enfermedad puesta en cuarentena.

Esta ciudad de 11 millones de habitantes está de hecho en cuarentena desde el jueves, junto a una gran parte de la provincia de Hubei, de la que es capital, en el centro del país.

Esta inédita medida, que afecta a decenas de millones de personas, tiene como objetivo frenar la expansión de la epidemia, que el presidente chino Xi Jinping calificó de "grave" amenaza.

Fuera del epicentro de la enfermedad, cuatro ciudades --entre ellas Pekín y Shanghái-- anunciaron la suspensión de la circulación de los autobuses de larga distancia, una medida que afectará a millones de personas que se desplazan con motivo de las vacaciones del Año Nuevo chino.

Además, la provincia de Guangdong, la más poblada de China, impuso este domingo a sus 110 millones de habitantes la obligación de portar una mascarilla respiratoria. Esta imposición --aplicada también en la provincia de Jiangxi y otras grandes ciudades-- ya está vigente en Wuhan.

Casi todas las víctimas mortales fueron registradas en Wuhan o en la provincia de Hubei, pero el domingo el virus se cobró su primera vida en Shanghái, gran metrópolis financiera del este del país. 

El patógeno se ha extendido a China y a varios otros países del planeta tan lejanos como Francia, Estados Unidos o Australia.

El Departamento de Estado norteamericano indicó el domingo que contratará vuelos de Wuhan a San Francisco para su personal consular y otros ciudadanos estadounidenses de la ciudad.

Por su parte, el grupo automovilístico francés PSA anunció que repatriará a sus trabajadores residentes en la región de Wuhan y a sus familias.

También están estudiando medidas similares para sus compatriotas en esa región las autoridades de Japón y Corea del Sur.

Miedo en Wuhan

China entró el sábado en el Año de la Rata, pero las conmemoraciones del Año Nuevo fueron mínimas y poco festivas. En las calles de Wuhan no hubo petardos ni dragones, y reinaba este domingo un aire fantasmagórico en muchos de sus barrios.

Los habitantes de la ciudad describen además en los hospitales un caos digno de una "película de horror", con un personal desbordado, pacientes abandonados y una espera angustiante e interminable.

Ante esta situación, la ciudad acaba de iniciar la construcción de dos hospitales de un millar de camas cada uno, que estarán listos en el tiempo récord de menos de dos semanas.

En Wuhan, los altavoces rompen el silencio que parece haberse abatido sobre la urbe para transmitir una serie de mensajes de las autoridades: "No crean en los rumores. No difundan rumores. Si no se sienten bien, vayan a tiempo al hospital".

"Desde mi ventana, esto se parece a una ciudad fantasma, todas las tiendas están cerradas" afirma por teléfono a la AFP Israt Zahan, un estudiante bangladesí.

"He racionado comida en mi casa. Tengo para dos días, pero luego no sé lo que voy a hacer", agrega.

Otro caso en Estados Unidos

También este domingo China anunció que prohibía de forma temporal el comercio de animales salvajes, pues el nuevo coronavirus supuestamente habría surgido de un mercado donde se vendía este tipo de animales para consumo.

En Estados Unidos, un tercer caso de coronavirus fue confirmado el sábado. Se trata de un hombre que se encuentra en California y que había estado en Wuhan.

Los otros dos casos en territorio estadounidense son los de una sexagenaria que reside en Chicago y viajó a Wuhan entre fines de diciembre y el 13 de enero, así como el de un treintañero del estado de Washington que también estuvo en la ciudad china recientemente, según las autoridades sanitarias.

Los tres primeros casos en Europa fueron registrados en Francia el viernes. Otros contagios confirmados o sospechosos se han detectado en Australia, Japón, Singapur, Malasia, Corea del Sur, Taiwán, Tailandia, Vietnam, Nepal y Canadá.  

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