China expresó este lunes (25.11.2024) su rechazo a que países como Estados Unidos y Japón "utilicen" la cuestión de Taiwán, país de facto independiente pero que Pekín considera parte de su territorio, como una "excusa" para aumentar sus despliegues militares en la región, tras conocerse un plan coordinado por Washington y Tokio para responder en caso de contingencia.

La portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Mao Ning, insistió en que Taiwán es una "parte inseparable del territorio chino" y calificó las acciones que buscan "reforzar las tensiones" en torno a la isla como una amenaza para "la paz y estabilidad" regional. "China se opone firmemente a que cualquier país utilice el tema de Taiwán como excusa para reforzar despliegues militares en la región", aseguró la vocera.

Estas declaraciones se produjeron después de que la agencia de noticias japonesa Kyodo informase que Estados Unidos y Japón están coordinando planes para responder a posibles contingencias en Taiwán y Filipinas. Según este medio, estas acciones incluirían el despliegue de tropas y sistemas militares avanzados en las islas niponas y en bases del archipiélago filipino.

"Línea roja”

Según Kyodo, Estados Unidos estaría elaborando planes para el envío de soldados basados en Japón y Filipinas. En caso de contingencia, el Tercer Regimiento Litoral de la Infantería de Marina estadounidense, que posee lanzacohetes múltiples HIMARS, sería desplazado a la cadena de islas japonesas Nansei, cerca de Taiwán. Japón entregaría apoyo logístico a la unidad estadounidense. En Filipinas se prevé el despliegue de armamento de largo alcance.

Las autoridades chinas consideran que la cuestión taiwanesa es la "línea roja" en las relaciones entre Washington y Pekín, ya que EE.UU. es el principal suministrador de armas de Taipéi y podría defender la isla en caso de conflicto.

Taiwán -adonde se retiró el ejército nacionalista chino tras la derrota a manos de las tropas comunistas en la guerra civil (1927-1949)- se ha gobernado de manera autónoma desde el fin de la contienda, aunque China reclama la soberanía sobre la isla, a la que considera una provincia rebelde para cuya "reunificación" no ha descartado el uso de la fuerza.

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