Este pasado 5 de diciembre se cumplieron siete años de la desaparición de la estudiante japonesa Narumi Kurosaki en la ciudad de Besanzón, Francia.

Aunque el cuerpo de la joven japonesa no ha sido hallado, la Fiscalía de Francia da por hecho que la joven está muerta y que fue asesinada por Nicolás Zepeda, chileno y expareja de Narumi, además de principal sospechoso de su desaparición y su muerte. 

A siete años del crimen de la japonesa te explicamos las cinco claves para entender este crimen que ha causado revuelo a nivel internacional. Actualmente, el chileno, que fue extraditado en 2020 al país galo, enfrenta un segundo juicio por el caso. Ya había sido condenado en primera instancia a 28 años de cárcel en abril de 2022. Sin embargo, recurrió a la sentencia.

1. Desaparición de Narumi Kurosaki

El último rastro de Narumi Kurosaki fue el 6 de diciembre del 2016 en la residencia universitaria donde vivía en Besanzón​​, al este de Francia. Los estudiantes vecinos de la joven escucharon “gritos de terror”, pero nadie llamó a la policía. Desde entonces, nadie volvió a ver a Narumi.

2. Extradición de Nicolás Zepeda

Tras la desaparición, las sospechas de la Fiscalía de Francia se centraron en Nicolás Zepeda, expareja de Narumi y con quien, según testigos, se habría reunido en Besanzón los días previos a su extravío. Luego de una visita de persecutores galos a Chile para entrevistarse con autoridades chilenas y la Corte Suprema llamara a Zepeda a declarar, el máximo ente judicial del país autorizó su extradición a Francia.

En julio del 2020, más de tres años después de la desaparición de Narumi, Nicolás Zepeda, fue entregado a la Interpol para ser juzgado en Francia como el principal sospechoso de la muerte de la japonesa.

3. 28 años de cárcel para Nicolás Zepeda

Condena: En abril de 2022 y tras diez días de un mediático juicio, que contó con la presencia de la familia de Narumi y la declaración del que era su nuevo novio al momento de su desaparición, el francés Arthur del Piccolo, Nicolás Zepeda fue declarado culpable y condenado a 28 años de prisión por el asesinato premeditado de Kurosaki. Además, la justicia francesa determinó que el chileno pagase una millonaria indemnización a la familia de la estudiante japonesa.

La defensa de Nicolás Zepeda apeló al día siguiente para solicitar anular la sentencia. La solicitud fue aprobada y el juicio de apelación fue programado para diciembre de 2023.

4. La mentira de Nicolás Zepeda

Durante el segundo juicio, que inició el pasado 4 de diciembre, Nicolás Zepeda cambió su declaración y reconoció por primera vez que estuvo en la residencia de Narumi en Francia, información que en el juicio anterior había negado, supuestamente por vergüenza de reconocer que quería volver con la japonesa. 

“Me daba un poco de vergüenza querer volver a intentarlo (...) tenía miedo que alguien inventara en mi contra una historia que no era cierta”, declaró Zepeda.

"Ahora ya no tengo miedo. Estoy aquí para decirles todo. Si alguna vez mentí u omití algo, se lo diré", insistió.

Además, Zepeda admitió que su viaje a Europa fue con motivo de ver a Narumi, siendo que anteriormente había declarado que su paso por Francia, en diciembre de 2016, se debía a un congreso en Suiza al que asistiría con motivos académicos. 

5. Lo que arriesga Nicolás Zepeda

El nuevo proceso, en el que la defensa asegura la inocencia de Zepeda, se prolongará hasta el 22 de diciembre. El chileno de 32 años arriesga cadena perpetua por el asesinato premeditado de Narumi Kurosaki. 

La historia de Nicolas Zepeda y Narumi Kurosaki 

Según la investigación, Nicolás Zepeda y Narumi se conocieron en 2014 en Japón. La relación perduró por un tiempo e incluso Kurosaki estuvo en Chile para visitar a Zepeda.

Pasados dos meses del quiebre entre ambos, Nicolás Zepeda decide viajar a fines de 2016 a Europa para visitar a la joven. 

Según la investigación de la Fiscalía de Francia, los días previos a la desaparición de Narumi, Zepeda compró material inflamable, siguió a la víctima y la noche del supuesto crimen la invitó a comer y luego se fue con ella hasta la vivienda estudiantil, donde la habría estrangulado.

Posteriormente, habría metido su cuerpo en una maleta para esconderlo en un bosque cercano.

Pese a no haber cadáver, para la Fiscalía existe una "densidad" de pruebas corroborando que fue un crimen premeditado: testimonios, datos de telefonía, geolocalización del vehículo que alquiló, etc.

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