"Revolución es sentido del momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y libertad plenas...".
Son palabras de Fidel Castro, de un discurso del 1º mayo de 2000, y pasaron a la historia como su "concepto de Revolución".
Una especie de "hoja de ruta" para los comunistas del país que esta semana fue ratificado como un juramento por cientos de miles de cubanos.
Hubo colas para firmar "el concepto de Revolución" en cada municipio del país: uno de los homenajes de despedida al histórico líder que gobernó la isla durante casi cinco décadas.
Si lo lees, y depende de cómo lo leas, es complicado no estar de acuerdo. ¿Pero cómo lo leyeron los cubanos qué estaban firmando?
Para los comunistas de la isla parecía una forma de asegurarse el compromiso de todos, por escrito, de la continuidad del régimen.
Para Harold Cárdenas, un joven bloguero e investigador, las palabras de Fidel son "un mensaje muy subversivo".
"Da pistas para que el futuro mantenga la esencia. Es la guía", agregó.
"Es la patria, es el trabajo, la familia, la verdad", le dijo a BBC Mundo Hilisberto Herrera, ingeniero jubilado.
Y la referencia a "cambiar lo que tenga que cambiar", para él, es que "lo que ayer era bueno, hoy tal vez no lo es".
"Pero Fidel Castro dijo cosas imperecederas y eso no va a morir".
Educación
Pero en términos más concretos, lo práctico gira en torno a instituciones como la educación y la salud universales y gratuitas. Y no pocos en las calles de La Habana Vieja se lo corroboraron a BBC Mundo.
"La Revolución es que mis hijos van a la escuela, mi hermana es médico, tengo hermanos que son técnicos... gracias a la Revolución. ¿Qué les costó? Ni un kilo", le dijo a BBC Mundo, Néstor, jubilado que presume de haber viajado por todo el mundo.
Con él conversaba Rafael, mucho más joven. Sonreía y asentía mientras hablaba su amigo. Pero su mirada irradiaba cierto aire cínico.
Prefirió que no le tomara fotos. Al tiempo que reconocía los logros de la educación y el sistema de salud, lamentaba la falta de oportunidades.
"Cambiar, tiene que cambiar, es la economía", se quejó. "Tengo dos carreras, soy físico y no he conseguido un buen trabajo".
Pero Rafael, que insistía en que la cámara no lo estuviera grabando, empezó a hablar cada vez en voz más baja de otras cosas que también habría que cambiar.
Porque, contó, la principal razón por la que no consigue un buen trabajo (en el Estado) es que no es "confiable".
"Mis padres huyeron a Estados Unidos y tengo familiares muy críticos con el gobierno. ¿Pero por qué tengo yo que pagar por eso?".
"El precio de estar en guerra"
Ese tipo de situaciones y, en general, la falta de libertades, las explica Cárdenas como "el precio de estar en guerra".
"Cuba tiene muchas libertades 'sacrificadas' por un contexto de guerra con Estados Unidos. Aspirábamos a que terminara durante el gobierno de Barack Obama, para tener un país mejor", comentó Cárdenas.
"En un contexto de distensión, soy el primero que exigiría al Estado mayor representatividad".
Eso explica entonces que el homenaje a Fidel Castro de sus seguidores sea jurar lealtad a frases como: "Emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar poderosas fuerzas dominantes".
Esa es la proclama de estos días de un gobierno de mano dura, con una economía planificada por el Estado, donde tímidamente se está dando espacio a la iniciativa privada.
Por no olvidar que se trata de un país donde el concepto de libertad de expresión es interpretado de manera muy restrictiva.
Parece una contradicción, o al menos una paradoja: "No existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas".
Si no lo hubiera dicho Fidel Castro.