El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, aseguró este domingo que las pandillas están "desarticuladas" en el país centroamericano, pero que la ofensiva contra esas bandas seguirá hasta erradicarlas.

"Las pandillas están operativamente desarticuladas, pero eso no quiere decir que todavía no hay enemigos a vencer", aseguró el mandatario en un mensaje televisado a la nación con motivo del 203 aniversario de la Independencia de Centroamérica de España.

Tras una escalada de 87 homicidios en un fin de semana, Bukele instauró en marzo de 2022 un régimen de excepción para sostener la cruzada que permite detenciones sin orden judicial y que acumula 82.000 presuntos pandilleros capturados.

Frente a 18.000 miembros del ejército reunidos en el Centro de Tecnología Agropecuaria, en Ciudad Arce, unos 25 km al oeste de San Salvador, el presidente destacó el papel que han desempeñado militares y policías en el combate a las pandillas y les instó a seguir la lucha contra remanentes de esos grupos.

"Tenemos muchas cosas que superar, incluso para que el cáncer de las pandillas sea erradicado por todo nuestro país", subrayó.

"Con la ayuda de Dios y el trabajo de miles de salvadoreños, en cinco años convertimos al país más peligroso del mundo, la capital mundial de los homicidios, en el país más seguro de todo el hemisferio occidental", agregó.

La ofensiva antipandillas, según el gobierno, redujo las extorsiones y los homicidios descendieron en forma drástica. Al cierre de 2023, se reportaron 2,4 homicidios por cada 100.000 habitantes. 

Sin embargo, Amnistía Internacional y Human Rights Watch han denunciado "malos tratos", "detenciones indiscriminadas" y casos de tortura en el país, por lo que claman por el fin del régimen de excepción.

Horas antes del discurso de Bukele, más de un millar de personas marcharon en el centro de San Salvador para exigir la liberación de miles de detenidos a los que consideran "víctimas inocentes" en la "guerra" contra las pandillas

Según organismos humanitarios, un 30% de los detenidos bajo esos esfuerzos contra las también conocidas como maras son inocentes.

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