La Corte Suprema de Justicia de Brasil ordenó la detención del exmilitante de izquierda Césare Battisti, quien fue condenado por cuatro asesinatos. La decisión abre la puerta para la extradición que solicita Italia, ya sea en durante lo que le queda de mandato al actual presidente Michel Temer o a Jair Bolsonaro, quien asumirá el 1 de enero. 

El magistrado Luiz Fux, uno de los miembros del Supremo Tribunal Federal (STF), determinó este jueves la captura preventiva del italiano luego de que la Fiscalía General le pidiera detenerlo "para evitar el riesgo de fuga y asegurar su eventual extradición".

El italiano vive en Brasil y está condenado a cadena perpetua en su país por cuatro asesinatos cometidos hace unos 40 años, cuando integraba el grupo Proletarios Armados por el Comunismo (PAC), un brazo de las Brigadas Rojas.

Nuevos tiempos políticos

La extradición de Battista fue vetada por el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva el último día de su mandato en 2010 y desde es momento vive en libertad. Sin embargo, ya en su campaña el presidente electo de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, había anunciado que haría todo lo posbile para que el italiano fuera extraditado a su país.

Battisti fue condenado en 1993 en ausencia a cadena perpetua por varios asesinatos cometidos entre 1977 y 1979, cosa que él niega.

Huyó a Francia y, en 2004, cuando este país se disponía a revocar su condición de refugiado político, viajó hacia Brasil, donde permaneció escondido durante tres años.

Su huida acabó en Río de Janeiro en marzo de 2007, cuando fue detenido en una operación conjunta de agentes de Brasil, Italia y Francia.

La Corte Suprema autorizó su extradición en 2009 en un fallo no vinculante que dejó la decisión final en manos de Lula cuando era jefe de Estado. El hoy encarcelado expresidente decidió rechazarala el 31 de diciembre de 2010, el último día de mandato.

En abril de este año la justicia archivó la última denuncia que había contra el italiano. Durante su permanencia en Brasil tuvo dos procesos más: uno por evasión de divisas al intentar cruzar la frontera con Bolivia en octubre de 2017 con 25.000 reales (unos 6.666 dólares) y otro de abril del año pasado por haber declarado una dirección falsa en un documento público.

En un comunicado divulgado a comienzos de noviembre por el Battista, el italiano se mostró confiado en "las instituciones democráticas brasileñas".

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