Para el gobierno de Estados Unidos, la sangrienta jornada de este lunes en Gaza se trató de "un intento espantoso y desafortunado de propaganda de Hamas".

La Casa Blanca responsabilizó al grupo palestino islamista de la violencia que dejó al menos 55 muertos y más de 2.700 heridos en enfrentamientos entre el ejército de Israel y miles de manifestantes palestinos, según cifras de autoridades palestinas.

En una rueda de prensa desde la sede de gobierno en Washington, el portavoz Raj Shah no sumó a Estados Unidos a los otros países, como Francia y Reino Unido, que pidieron a Israel restringir su respuesta a las protestas.

Shah, en cambio, apoyó el "derecho a la defensa" de Israel y culpó a Hamas de "estar provocando intencional y cínicamente esta respuesta" por parte de Tel Aviv.

Además, Estados Unidos bloqueó la aprobación de un comunicado del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía una investigación independiente sobre la violencia en Gaza.

Los enfrentamientos de este lunes resultaron en la jornada más violenta en Gaza desde la guerra en 2014.

Defensa de Israel

Israel también defendió la actuación de sus fuerzas armadas.

El primer ministro Benjamín Netanyahu consideró que sus militares actuaron en defensa propia contra los líderes de Hamas, a quienes acusó de querer destruir Israel.

El líder de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, tildó la violenta jornada de "masacre".

Por su parte, Naciones Unidas describió los hechos como "indignantes violaciones de los derechos humanos".

La violencia se desató al mismo tiempo que Estados Unidos inauguraba su controvertida embajada en Jerusalén.

La mudanza de su máxima sede diplomática de Tel Aviv a la "ciudad santa" indignó a los palestinos, que reclaman a Jerusalén oriental como la capital de su futuro Estado.

Los palestinos ven la medida de EE.UU. como un apoyo de ese gobierno a Israel para que tome el control total de la ciudad, que para los israelíes es su "capital indivisible".

Publicidad